sábado, 28 de marzo de 2015

El fluir del tiempo





   Ayer pasamos la tarde en el Escorial, es agosto y están en las fiestas patronales. Dentro de sus festejos, este año, tenían un Certamen Folclórico de Bailes Regionales, en el que intervenían, entre otros, un grupo valenciano, otro burgalés, uno mañico que cuando cantaron la jota de la Dolores y la bailaron, con el brío caracteriza, los gritos y aplausos se salieron  de madre, y por último,  el grupo de Palencia “Jorge Manrique”, al que mi hijo había  pertenecido, los diez años que permaneció trabajando en aquella  bella y recoleta ciudad castellana.

Ocho meses llevaba Jose viviendo con nosotros, cuando sus amigos y compañeros del grupo le reclamaron, y él se unió a su grupo como cada vez que le invitaban. La actuación, estuvo  a la  altura que de ellos se esperaba. Mi hijo participó  con su antiguo grupo y el portavoz del mismo hizo mención del caso. Aclaró, diciendo al público distinguido del Real Sitió del Escorial, que con ellos se encontraba actuando un madrileño, al que ellos echaban mucho de menos, y al que le agradecían su compañía para la actuación, recordándole “que siempre sería uno de ellos”.

Fue muy emocionante para mí, que quisieran tanto a mí hijo, y que lo expresaran ante el cuantioso público, que en el grandioso marco del Escorial, los escuchaba, veía y aplaudía con entusiasmo en  sus umbrosos  y frescos jardines.

 El certamen se alargó hasta cerca de  la media noche, el ambiente era increíble por lo animado, ya que los grupos según los certámenes que hacen, se van encontrando en los lugares más insospechados. La  temperatura había bajado y cada quien tenía algo sobre los hombros para guarecerse del fresquito del Escorial cuando cae la noche

Parece que fue ayer y han pasado 13 años. Es agosto, hace mucho calor, pero se está tan bien aquí en cuanto se oculta el sol.


.        QUIRÓN 

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