sábado, 24 de marzo de 2018

Nadando a contracorriente





         Las puertas del colegio se abrieron y empezaron a salir niños y niñas de todas las edades como si se estuviera quemando el edificio. Algarabía, risas, encuentros con sus familias, juegos. Qué bonita es la infancia. Sin preocupaciones mayores, con espíritu alegre, con ganas de cambiar el mundo.

         Cuando Miguel divisó a su abuelo, se le abrió una sonrisa y se le avivaron los ojos. Salió corriendo con los brazos abiertos y saltó encima del abuelo fundiéndose con él, al grito de “abuelo…” Damián sintió el cosquilleo en su cuerpo y se inundó de emoción. Nada era comparable con el cariño de un niño alegre, bueno y feliz.

         Volvieron andando a la casa de Miguel en una conversación fluida, donde se contaban ambos sus vivencias, experiencias y ratos buenos y malos. El colegio, los deberes, las actividades deportivas, los compañeros. Sobre todo ello informaba el nieto al abuelo.

         Hoy habían tenido que hacer un dibujo cada alumno y también participaron los profesores. Luego los habían pegado a las paredes de la clase formando un mosaico de colores y formas. Todos habían dibujado pececitos y habían escrito algo solidario con un niño que se había perdido y que estaban buscando muchas personas.

         Los acontecimientos se precipitaron en un final por nadie deseado que hizo llorar hasta a los hombres más duros. El pececito no nadaría ya más.

         Esa noche, el abuelo tuvo sueños inquietos en el que su nieto Miguel se marchaba de su lado para siempre. Se despertó llorando y con una opresión en el pecho que no le dejaba respirar. Poco a poco fue tomando conciencia de que todo había sido un sueño. Se acordó de esos padres y familiares del pequeño pececito y comprendió lo que podían estar sintiendo y sufriendo su pérdida. Su mente se solidarizó con ellos y les mandó ánimos para seguir viviendo y luchando con su ausencia, siempre marcada por el amor recíproco que vivieron junto a él.


         Hoy todos somos pececitos como Gabriel.


Rabo de lagartija

La vida secreta de las palabras





Sus cabellos rojo oscuro, la raya en medio. Eran como de mujer.
Se rizaban suavemente  cual virgen prerrafaelista.

Pero en aquel óvalo casi santo del rostro, su fisonomía era tosca,
casi brutal, en un gesto desdeñoso.

Combinación atractiva y temerosa en un auditorio neurasténico.
Preciosa blasfemia en dos pies, donde parecía fundirse el ángel y la mano.

Velada memorable, un extraño crepúsculo la precedió.
Revestido el cielo de vivo plumaje, casi palpable.

Se diría las plumas cubren el cielo y estas caen cosquilleando la cara.
En lo alto el domo celeste aparecen grises con tintes raros,
 de violeta y malva y ataques de raso y verde sólido hacia el oeste.

 Un gris transparente y apasionado en los últimos plumones de llamas
Donde el sol se esconde, demasiado hermoso para dejarse contemplar.

¡Y el cielo tan cerca de la Tierra!  Confidencia atormentadora
¡Y el cielo mismo  hecho un secreto!

Expresión de esplendida pequeñez que existe en el alma
de patriotas locales, el cielo parecía pequeño.

 Día memorable, crepúsculo turbador, el pelitaheño revolucionario,
sin rival su reinado ¡disputado su imperio vio!

Al fin en la noche del crepúsculo, Syme el poeta respira
aire excelente, manso. Amarillentos los cabellos,
linda y puntiaguda barbita, menos manso parecía.

La señal,  discusión con el poeta del orden y hasta de  respetabilidad
como si hubiera caído del cielo emplumado.


Quirón

El nido





            Andaba la paloma revoloteando, en busca de un lugar donde formar su nido. Iba de un lado a otro. Se posaba en las desnudas ramas de los árboles. Sus ojillos negros, inspeccionaban cada escondido rincón donde pasar el tiempo que durara la incubación de los huevos y la cría de los nuevos polluelos. 

            En uno de estos viajes divisó el hueco de una ventana y hasta ella voló. Una vez llegó al lugar, se posó en el poyete y esperó a que desde el interior de casa le llegara algún sonido, pero nada se oía en la vivienda. Espero un tiempo, y viendo que nadie  se asomaba para espantarla, levantó el vuelo para volver de nuevo  y formar el nido en aquel lugar.

            Durante días la paloma llevaba en el pico el material necesario para su construcción. Era un trabajo minucioso. Un palomo que también andaba por la zona,  no perdía detalle de tan laborioso trabajo, se acercó a ella ofreciéndole su ayuda, pero ella le rechazó.

            Al cabo de los días, el nido estaba casi acabado. La paloma abandonó el lugar, en busca de los últimos residuos que aún quedaban. El palomo que no había tomado muy bien la negativa a su ayuda, espero que ella se alejara y levantando el vuelo se acercó hasta donde estaba el nido.

            La paloma regresaba con el material con el que terminaría el nido, pero según se acercaba al lugar, la imagen de la ventana vacía le hizo temer lo peor.

            El palomo al que había negado compartir con ella el trabajo le había robado el nido.

I R I S

Tradiciones




De padres a hijos se pasan las tradiciones. Los padres, cuando eres niño, te inculcan sus ideas o lo que ellos creen que es lo mejor para ti. Pero cuando creces vas viendo lo que es bueno para ti, lo que te gusta, o realmente lo que no puedes soportar  ni un minuto más.

Vas viviendo tu vida condicionada  por los acontecimientos de todo un año.

Empezamos las celebraciones con el Año Nuevo, Carnaval, Semana Santa, cumpleaños, verano, las fiestas del pueblo y terminamos el año con la Navidad de nuevo, para volver a empezar otro año con las mismas fiestas y celebraciones, es agotador.

Cada día se ha de vivir de manera diferente en la medida que se pueda.

 Cada día es único.

Para que una tradición sea eso, una tradición, se ha de repetir cansinamente, hasta que la sociedad lo acepta y así queda instaurada la tradición.

Si las tradiciones te gustan, si esperas el evento con ganas, adelante, vive tus tradiciones.

Pero si vas a una cena de Navidad obligada, pensando que estarías mejor haciendo cualquier otra cosa, a lo mejor es el momento de pararte a pensar y para el año que viene rompe con las tradiciones que no te gustan.

Clave de Sol



A lío revuelto...





         El mundo nunca cambia, por más que algunos lo intenten.

         Hay espacios de tiempo que las aguas bajan calmadas, y cuando todo parece que va como la seda, aparece un nublado que todo lo revuelve, y lo que era tranquilidad se convierte en desasosiego.

         Érase una vez un país, en el cual casi todo iba bien, “casi todo”, y apareció alguien que se creía el salvador de todos, y así lo hizo creer al pueblo, y el pueblo convencido le dio su apoyo. Pero las promesas nunca llegaron, y lo que antes se prometió, todo se olvidó.

MORALEJA

         De cuando en cuando, en el mundo aparecen salvadores de la patria, esos que todo lo curan y, cuando toman el mando, no hay quien les eche del asiento en cuarenta o cincuenta años, teniendo al pueblo en la miseria y en el olvido.

         Yo, sé de un pueblo que puede estar a unos pocos minutos, que puede parecerse a ese pueblo tan remoto y tan desdichado.


Trotamundos

sábado, 17 de marzo de 2018

La carta





         Esperanza abrió el buzón y recogió la correspondencia y la publicidad. Lo miraría tranquilamente en casa. Subió cansinamente la escalera hasta el tercer piso cargada con las bolsas de la compra. Entró en su casa  y sacó el contenido de las bolsas y lo guardó en su sitio. Cogió las cartas separando la publicidad, se las llevó al cuarto de estar, buscó sus gafas de leer y se arrellanó en su butaca preferida. Facturas, invitación para asistir a un acto donde le regalaban de todo sólo por asistir, y una carta del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, firmado por la propia ministra. Empezó a leer su contenido, donde expresaba que el Gobierno, haciendo una vez más un esfuerzo por proteger y consolidar  las pensiones, incrementaba un 0,25% las mismas para este año de 2018. También le informaban que este incremento lo mantendrían hasta el año 2022.

El incremento del IPC este año es del 1,7%. La electricidad ha subido un 10% a principios de año. Esperanza cobraría 639,30€, con un incremento de 1,52€. El partido del Gobierno había prometido al ganar las elecciones que nos subiría cada año las pensiones, y lo ha mantenido.

También le agradecen, como a todos los pensionistas, la contribución  que han tenido durante todos estos años de crisis, para mantener el país y que, gracias a ello, nos aumentan las pensiones. A Esperanza se le cayó el alma a los pies. Ya no tendría capacidad para afrontar los gastos esenciales para su mantenimiento. Cada día notaba que con lo que le quedaba en el mes, después de quitar recibos y gastos fijos, no le llegaba para una manutención digna, ni para poner la calefacción o renovar su vestuario.

         El artículo 50 de la Constitución Española dice: “Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad”. El Sr. Presidente del Gobierno, durante una moción de censura que le presentó la oposición dijo que “Cuanto  peor, mejor para todos, y cuanto peor para todos mejor”

         Enrique Jardiel Poncela dijo en una ocasión: “El que no se atreve a ser inteligente, se hace político”.


Rabo de lagartija

El monte viejo





          Era para ellos aterrador regresar de noche cruzando el Monte Viejo.

Muy de mañana lo cruzaban de ida. Era como un sueño su sonido lleno de vida y esplendor, donde las encinas se mezclaban con las sabinas, las jaras, los olmos y todo tipo de zarzas cubiertas de flores. A los chicos, el mayor de 13 años y cinco menos su hermana, se les llenaba la cara de sorpresa.

 Cada ruido, era una vida en movimiento y todo eran ruidos: una bandada de pájaros se levantaban sorprendidos por el rebuzno del burro; un gazapo de conejo asustado corría despavorido buscando su madriguera; las golondrinas piando sobre un endeble hilito conductor de luz, que sujeto en un poste de madera atravesaba el monte para que Castrillo, el pueblito sobre la meseta al que ellos iban, pudiera tener luz; las plantas silvestres: tomillo, romero, jaras en flor, llenando el aire de aromas sutiles...

Corto. Siempre se les hacía corto el viaje de ida. Procuraban de día regresar, pero no siempre era posible vender pronto las lechugas, repollos y cebollas de la huerta (eran el contenido de las alforjas).

 Iban un par de días a la semana a vender las verduras a los pueblos más cercanos. Cinco kilómetros de ida y otros tantos de vuelta con sus borricos cogidos del ronzal al ir y montados sobre ellos al volver. Para ello tenían que recorrer un abrupto camino, en el cual, no era el menor la pendiente de las Hoces del Duratón hasta el fondo, sus 100 metros de profundidad y sus intrincadas veredas, que conducían al atajo del Monte Viejo.

El ir, era una aventura, pero volver de noche, era harina de otro costal. Los alegres ruidos de la mañana eran silencios amenazadores por la noche. El chico trataba de distraer a su hermana y cantaba aquello de: “Por el mar corren las liebres..." o descubriendo constelaciones: "Mira, mira”, le decía, “que esplendoroso cielo. Vamos a buscar la Osa Mayor" y dejaba que su hermana la encontrara. “¡Pues no veo el Carro! ¿Lo ves tú?” o, “allí está la Vía Láctea, ves que bien se ve”. Era prodigioso en aquella oscuridad cómo brillaban las estrellas  con el firmamento entero a la vista.

Así trataban de esconder el miedo a las fieras de su imaginación. El eco, a través del cañón de las hoces del Duratón  les trajo la voz de su madre que les llamaba desde la puerta de la fuerza, como si ella estuviera a cien metros.

Pichóooooon…,   Maríaaaa...  Para ellos ese sonido tan querido les iluminaba  el camino como si fuera la aurora. Ya no tenían miedo. Su madre les esperaba.

QUIRÓN



Sola





La soledad era algo que no la asustaba, es más la buscaba. Decidió que todo el fin de semana estaría sola. Desde el viernes que diría adiós a su marido y sus hijas hasta el domingo por la tarde.

El jueves ya tenía una sonrisa en la cara, pensando lo a gusto que iba a estar, últimamente necesitaba la soledad. Tampoco tenía pensado quedar con amigas. Era un fin de semana para ella.

Cuando se fueron todos, se preparó una copa de vino y se metió en la bañera con el agua bien caliente, sin tiempo. Al cabo de un rato se puso a organizar todos los libros que tenía, con tranquilidad, recordando cada libro que había leído y sonriendo con este o aquel.

De uno de los libros cayó una foto de sus hijas pequeñas, de un día que habían ido todos juntos a la piscina, estaban muy guapas con el pelo mojado y el bañador de personajes de dibujos infantiles.

¡¡¡Lo que habían crecido!!!

Olvidada, había una carpeta con dibujos de sus hijas y la letra infantil que tan bien conocía. Era un dibujo de la familia, papa y mama cogidos de la mano y ella y su hermana dentro de un corazón de color rosa. Ellas siempre estuvieron muy unidas y el dibujo se lo recordó.

Hacía un tiempo que no vivía la vida que quería, las cosas habían cambiado y estaba convencida que ella no había sabido adaptarse.

Ahora ninguno de los tres estaba en sus planes, ni en su vida.

No se emocionó, miro al frente y supo lo que debía  hacer.

Encontrarse a sí misma en su soledad buscada


Clave de Sol

Cuando la lluvia no cala





        Sí, llovía, pero a mi no me mojaba, en el cuarto pequeño no llovía, el tiempo se hacía largo y..., como no, llegó el mando a mi mano y apreté el botón. La casualidad quiso que fuera la hora de los telediarios. Cambiando de canales encontré uno que retransmitía una cacería, y me quedé.

        Durante el tiempo que permanecí viendo el canal en cuestión, conocí ciertas maneras cinegéticas, y es cierto que algo se me quedó en la cabeza y, por un buen rato, no me quemaron la mente con la dichosa política, que ya nos sale por todas partes y que tan aburridos nos tienen con los problemas de sus partidos, olvidándose de los problemas que un día dijeron que tenían que solucionar y, sean unos o los otros, cada cual va a lo suyo.

        La caza tiene un gran número de personas que son cazadores, y les cuesta un buen dinero la licencia anual, y cada vez que acuden a una cacería, tienen que abonar una buena cifra. Hay mucho en contra de la caza, pero tiene algo que no es tan malo, pues para tener grandes monterías, hay que tener grandes lugares para que la caza viva, críe, y anide, y eso cuesta dinero y crea puestos de trabajo.

        Por otro lado, la caza controlada está en fincas cerradas, lo que solemos llamar “cortijos”, en los cuales hay partes que se siembran y partes que se dedican a la caza. En estos lugares las especies forestales son muy abundantes y hay muchas especies de árboles que nos limpian el aire que respiramos y que tanta falta nos hace hoy en día, y más los que vivimos en las ciudades y notamos la falta de aire limpio. Cuando la lluvia no cala.

Trotamundos

La tregua





            Desde hace días al mirar por la ventana, vemos al cielo encapotado y  las nubes descargando su pesada carga.

            La lluvia había dejado de caer, lo que me animó a mirar por la ventana. A  través de ella descubrí al sol tratando de abrirse paso entre las nubes, creando con sus rayos de luz al arco iris. El viento queriendo hacerse notar, comenzó a soplar fuertemente, haciendo con su presencia temblar a las desnudas ramas de los árboles.

            Durante el tiempo que estuve asomada a la ventana, recordaba lo que nos habían contado los meteorólogos de las borrascas y de cómo estas se iban sucediendo una tras de otra y de la gran cantidad de agua que dejaban sobre la sedienta tierra.

            Los medios de comunicación se hacían eco de los desastres que las fuertes lluvias causaban. La televisión nos ofrecía las imágenes de pueblos aislados y carreteras cortadas por la gran cantidad de nieve caída.

             Los caudales de los ríos habían crecido, después de un tiempo de sequía que había hecho bajar su nivel de agua. Después de las últimas lluvias caídas, se les veía correr  veloces por sus cauces, llevándose a su paso, todo aquello que se cruza en su camino. También los embalses comienzan a recuperarse después de un período de sequía, haciendo que respiremos aliviados por un tiempo.

            Mientras las imágenes pasaban por mi mente, al otro lado de la ventana las nubes habían cubierto de nuevo el cielo. El sol había quedado nuevamente atrapado en ellas. Los colores del arco iris difuminados. La lluvia y el viento comenzaban de nuevo, dejando atrás la tregua.

              

I R I S

sábado, 10 de marzo de 2018

El pinchazo





       La carretera no se encontraba en buen estado. Era estrecha y cuando te cruzabas con otro coche tenías que arrimarte a la cuneta que, con el tiempo, las lluvias y las heladas, estaba descarnada en muchos tramos. En uno de esos cruces con un coche, oyó un sonido como un disparo y notó que el volante tendía a irse hacia la derecha. Como pudo paró, se puso el chaleco reflectante, puso las luces de avería y se apeó del coche por el lado del acompañante. La rueda delantera derecha estaba desinflada.

       Esa mañana había tenido una discusión que alcanzó tonos elevados con Helena. Se puso a pensar cual había sido el detonante para llegar a esos extremos y llegó a la conclusión de que el culpable fue un cepillo de dientes que no había guardado en su sitio.

       Lo primero que buscó fue el triángulo de averías para colocarlo a unos cincuenta metros de la trasera del coche para avisar a los que circularan en su mismo carril. Estos coches modernos tienen la rueda de repuesto debajo del suelo del maletero, con lo que tuvo primero que vaciarlo de trastos para poder sacarla, junto al gato para levantar el coche.

Últimamente discutían por cosa nimias, sin importancia, pero que activaban la chispa de la discordia. Era consciente que tenía que haber un problema más profundo que les llevaba a la discusión sin motivos. Buscaría un momento adecuado para hablar razonablemente con Helena, buscar el problema y proponer soluciones.

Cuando, con mucho esfuerzo dada su inexperiencia, consiguió quitar la rueda pinchada y poner la de repuesto, apareció un coche de la guardia civil, que paró delante del suyo y le preguntaron qué había pasado y si necesitaba ayuda. Les informó del mal estado de las cunetas y del pinchazo que ya tenía reparado. Se fueron y recogió todo.


El verano pasado, la madre de Helena sufrió un ictus que la tuvo un tiempo hospitalizada y activó a toda la familia a su alrededor. Trataron de buscar soluciones para cubrir la mejor atención de la madre con las secuelas físicas que le quedaron. Había distintas opiniones entre los hijos, nueras y yernos y no llegaban a ningún acuerdo. Se optó por rotar a meses el cuidado de la madre. Ya llevaban seis meses y la experiencia no gustaba a ninguno.

Como pudo, llegó hasta el taller cercano a su casa y dejó la rueda pinchada para su arreglo. Subió a su casa con deseo de no demorar la conversación con su mujer para tratar de mejorar su convivencia de pareja. La encontró llorando desolada. Su madre había tenido un nuevo episodio de ictus y no lo había superado. No hubo oportunidad de tener la conversación.

Al cabo de un tiempo, el coche estaba arreglado y las cosas mejoraron en su relación sin necesidad de hablar. ¿Sería porque había llegado de nuevo el verano?


Rabo de lagartija

Las Mujeres. Huelga Internacional 8 3 18. ¡Adelante, el día (libre) de las Mujeres!





Hay una convocatoria de huelga general femenina, para el próximo  8 de marzo. Es más que justa. Lleva siglos esperando. Parece fácil decirlo, pero hay que decirlo.

En primer lugar, la mujer sufre una guerra. ¿Exagerado? En los últimos tiempos se registran más de 60.000 feminicidios cada  año en el mundo. Hay que sumar cientos de miles de mujeres heridas o que han sufrido ataques para causarles la muerte. Hay millones de mujeres maltratadas, esclavizadas y sometidas a trata sexual para ser subastadas y vendidas por las mafias. Podía alegarse que también hay muchísimos hombres en esas circunstancias, y es verdad. Pero la diferencia es que las mujeres sufren y están  en constante peligro de sufrir una violencia sistémica por el hecho de ser mujeres. Gran parte de los feminicidios son cometidos por aquellos en quien depositaron su confianza y en los lugares donde deberían sentirse más seguras: el propio hogar.

 La violencia contra la mujer, con diferente intensidad según las culturas y los países, es universal y trasversal. La jerarquía machista domina todos los poderes, salvo casos rarísimos. No nos engañemos, a estas alturas  no es que estemos en un sistema machista, el machismo es el sistema. Y lo dice Manuel Rivas, escritor.

Las grandes religiones, también con sus matices, desempeñan un papel nefasto y cómplice en la sumisión de la mujer. Aunque por supuesto, las jerarquías las excluyen, y por supuesto no pueden ser sacerdotisas, salvo con alguna excepción en iglesias reformistas, que aquí seguimos llamando “protestantes”. Al contrario, las mujeres sirven a los clérigos y no con poca frecuencia son explotadas por ellos en todos los sentidos. Y si no que se lo pregunten al Santo Oficio, que en un pasado no tan remoto, fueron miles de mujeres torturadas y quemadas como “hechiceras”.
   
Las mujeres en España debiéramos estar en huelga desde el mismo día que la Constitución nos dio una forma para vivir  en democracia. Antes ya sabemos las que pasamos 40 años en compañía de Franco, que éramos a la fuerza, menores de edad, dignidad y gobierno, ya que teníamos que pedir permiso a nuestros “esposos” (¡huy! esta palabra que poco mola.), hasta para hacer pis. Perdón, ha sido un lapsus, quería decir: no podíamos abrir una cuenta en un banco, tampoco viajar sin permiso, y solo podíamos  vivir como la “especie protegida” (menudo eufemismo). Para  todo eso, el permiso tenía que ser concedido por el marido, que tenía la potestad, o el padre, por ejemplo, de ponerle a trabajar a los hijos a los 11 años por la comida, cuando deberían estar en la escuela.

“Violencia de género” así lo llaman aquí. Nuestros machitos son capaces de  matar a sus mujeres delante de sus hijos, a veces los matan a ellos también. Y como esto ya es tan común y pasa todos los días, pues parece que no pasa nada. Sobre todo para M. Rajoy, que no hace nada y si lo hace es tarde y mal. Para nuestro gobierno, es un caso más. Algo que no debería pasar, pero ya está. Pasa y pasa y pasa.

Ahora aparecen todos esos niños huérfanos. Un día es una abuela con 84 años que lleva 7 años cuidando de su nieta, pero con su pensión, no le llega y pide al Gobierno que le ayuden. Y ocurre que esos niños tienen  derecho a una pensión por orfandad de 300€,(o así lo he entendido yo) pero nunca se ha puesto en práctica. ¿Y cuántos huérfanos quedaron en 2017? Así que unos días después aparece una joven tía, y cuenta que a su hermana la mató su marido hace  algunos años,  que se repartieron a sus tres sobrinas: su madre acogió a la mayor y ella y su otra hermana con las dos menores.  Por la radio alegaron lo mismo que la anciana. Necesitan ayuda, son tres niñas que crecen comen y a las que hay que atender y que además, tienen derecho a ese dinero, es suyo. A  las preguntas, la tía contestó que el “servicio social” nunca se puso en contacto con las víctimas. Y yo pregunto ¿Cuánto dinero se les debe a los huérfanos en España. Dónde está ese dinero. Qué clase de  Gobierno es este, que solo toma medidas para defender al capital?  ¿Y de  otras víctimas, que no sean de aterras, qué?   El mismo Gobierno alardea, “hemos salido de la crisis”. Eso será en el PIB. Porque tenemos la brecha de la desigualdad salarial entre géneros, entre otras, y esa brecha, ronda el 25%, podríamos decir que las mujeres trabajan una media de 45 días gratis al año.

 En Islandia en 1975 la idea de aquella huelga fue de las feministas de Redtockings, muy criticada por su radicalismo, (el día libre) de las mujeres, apelando a las mujeres, a las ciudadanas de cualquier ideología y clase social. Logró un éxito arrollador. El país se paralizó. Pero tienen la igualdad. No se pretende lo mismo aquí.

Pero claro, eso no tiene que ver con las españolas. Este año las mujeres en huelga somos tantas y estamos tan enfadadas que nuestros más conspicuos varones se sienten agredidos por decisiones que toman ellas, las mujeres. Así que comenzando por el más cercano, el presidente  M. Rajoy, ha considerado calificar a la huelga General de mujeres, como “Elitista”. Y eso es distorsionar la realidad colocando el acento en lo no importante. (Veremos cuantas ministras acuden a la huelga). El neoliberal David Pérez, del PP. nos llamó “despechadas”, y también aguantó nuestra huelga.

Sabiendo que es un avance democrático para la igualdad, no se pretende que sea una amenaza contra los derechos civiles. Así qué ¿a qué viene tanta indignación? Lo importante es que los delitos de violación y los abusos sexuales, no queden impunes ante unos sistemas legales que no les prestan  la debida atención.” Ningún hombre  ha ido a la cárcel exclusivamente por la acusación de una mujer”. Pero no se preocupen lo que está previsto incrementar exponencialmente es el presupuesto militar…  

                                                QUIRÓN

El ocupa





Vivía sin libertad en una casa que no era suya, una casa  grande con jardín y muchas habitaciones, en un barrio residencial, con muy poco tráfico. En una de estas habitaciones vivía una pareja de veganos, muy amenos y divertidos. En otra habitación estaba él. No tenía muchas pertenencias pues había vivido en su coche durante un tiempo, ahora disponía de una estancia para el solo.

En la  casa no había agua caliente, así que sacaban al jardín unas cuantas  garrafas  y las ponían al sol para darse una ducha por la noche.

Los domingos hacían asamblea en el comedor y hablaban de todo lo que supone una convivencia con gente desconocida, hablaron de quién se encargaría  de la limpieza de las zonas comunes.

La comida se la proporcionaba una señora que vivía en la casa de al lado y según decía ella, estaba acostumbrada a cocinar para mucha gente y ahora estaba sola y le sobraba de todo, así que iba con todo tipo de manjares y ya de paso comían todos juntos.

Una noche llamaron a la puerta, eran dos mujeres muy nerviosas y sin nada.

Se presentaron como madre e hija.

Habían huido de una bronca tremenda y de un marido y padre borracho e irresponsable. Les habían dicho que en esta casa las acogerían, y así fue.

 Esa noche, no durmieron en la calle, con miedo, al menos tenían una habitación y algo de cena.

Eran ocupas y se ocupaban de ayudar a la gente que lo necesitaba. En el fondo hacían un bien social.


Clave de Sol

Increiblemente cierto





    Cabalgaba sobre un caballo volador,
    por una ruta sembrada de cactus,
    siguiendo una estrella en la noche.

        Y galopar y galopar sin tregua,
    entre arroyos de espuma blanca,
    flotando sobre nubes de algodón,
    que te llevan a las brasas de la lumbre,
    donde se funde el mal que re persigue.

        Y lo miras, cómo acaba en una balsa
    de tierras movedizas, que despiden un calor
    que cuece las piedras, que pesan
    en la espalda y duelen los hombros.

        Todo es real como la Luna que nos alumbra
    cada día, y el agua que nos apaga la sed.

De repente, todo se borra y comienza la duda, como si fuera un sueño.


Trotamundos

sábado, 3 de marzo de 2018

Carta de amor desesperada





         Perdona mi atrevimiento al dirigirme a ti en estos términos. Se que no soy merecedor de que ocupes un solo pensamiento hacia mi, pero algo me quema por dentro y tengo que dar escape a ese fuego o moriré abrasado por el. Soy un cobarde,  lo reconozco. No soy capaz de enfrentarme a tu juicio y decirte a la cara lo que se cuece en mis entrañas y que me tiene desasosegado.

         Te veo y te miro todos los días,  al entrar en clase, durante la clase y al salir de ella. Los suspiros forman parte cotidiana de mi existencia. A veces, cuando levanto la vista para admirarte una vez más, no se si la casualidad o, quiero pensar, un cierto interés por tu parte hacia mi, me veo reflejado en la profundidad de tu mirada y vuelco con ansia esa devoción que fluye de mis pupilas, para tratar de nutrirte con mi amor.

         No me importa en absoluto las diferencias que pudieran poner freno a mi razón para amarte. ¿Qué es la edad? Únicamente el tiempo vivido por cada persona, pero no limita los sentimientos y la intensidad de los mismos. Cada ser humano busca una ilusión, una meta por la que luchar, algo que nos propongamos alcanzar para descubrir la utópica felicidad que tildan de efímera y traicionera, pero que es el componente químico que hace reaccionar a nuestro organismo ante las adversidades que nos va arrojando la propia existencia. Ese componente eres tú, la que me hace dudar de mi cordura a veces, la que me lanzas al pozo de la amargura otras, la que me envuelves con el almíbar de la ternura otras tantas.

         Me obnubilas mis sentidos y pones en marcha el cronómetro de pulsaciones de mi corazón. Aunque te parezca una cursilada, me he atrevido (que osadía) a desarrollar unos malos versos que quieren reflejar lo que siento por ti:

A tu lado creo mi universo
Desde el verano hasta el invierno.
Tengo que contarte, verso a verso,
Que eres para mi cielo e infierno.
        
         Cuanto desearía que no me rechazaras del todo al leer estas líneas; que me dejaras un mínimo resquicio para poder seguir respirando junto a ti. Por eso, te ruego fervientemente que me suspendas este curso, para poder seguir embelesándome con tu presencia el curso que viene.


Rabo de lagartija

El tiempo pasa





                  Un día iniciamos una historia,
                   por mínima que sea,
                   puede que acabe en la gloria
                   o que nunca se posea.

                   Caminante que caminas,
                   tu tiempo se va pasando,
                   y en la soledad opinas,
                   que todo se va olvidando.

                   El tiempo borra las huellas,
                   que quedaron levemente,
                   que corren como centellas
                   por la masa de la mente.

                   Y la soledad recuerda
                   tantos momentos dichosos,
                   otros que huelen a mierda,
                   y otros fueron bochornosos.

                   Los momentos de la vida
                   pasan y no vuelven más,
                  otros dejan una herida
                   que no se cura jamás.

                   Esta vida es un camino
                   que no conoce el final,
                   inmensa como un comino,
                   dura como el pedernal.

                   Un día tocas la gloria,
                   al siguiente todo es fuego,
                   luego, hurgando en la memoria,
                   todo en la vida es un juego.

Trotamundos


El escultor de nubes





¿Quién esculpe las nubes?

¿Quién no se ha fijado alguna vez en las formas caprichosas de las nubes?

Un amanecer de primavera el agricultor se fija en las nubes. Después de observar un momento, piensa que puede llover por la tarde.

A mediodía en la ciudad, sólo los niños se fijan en las nubes y ven formas de animales o lo que la imaginación quiera ver y señalan con el dedo. ¡¡ Mira, mira!! Se dicen unos a otros.

Verdaderamente las nubes se parecen a cosas que te divierte ver: Una sirena, un dinosaurio, una mano, o las puertas del cielo, como me dijo el otro día un niño muy querido por mí.

El atardecer es especial, las nubes cambian de colorido y se vuelven más bonitas aún. Si por la mañana en el cielo limpio ya eran bonitas, en el ocaso es un espectáculo.

Cuando hay un cielo azul, sin nubes, yo pienso: ¿dónde está hoy el escultor de nubes?


Clave de Sol

Crónica de un día triste





Forges ha muerto en Madrid a los 76 años
 La mejor dimensión de su figura es, qué era, cómo dibujaba. Para mí, se lo ha llevado ese llamémosle “virus”, llamado cáncer, que tan común nos es en estos tiempos tan cubiertos de otros “virus” que se contagian a todos y cada uno, según sus vivencias.
 Los dibujantes tan sensibles como él a las muy espurias miserias con que nos asaltan los políticos de turno a los ciudadanos como: corrupciones, choriceos, leyes  “tapabocas”, leyes de “trabajadores” que nos pone a todas/os a pasar hambre…
Para aguantar esas presiones sobre su fino espíritu de hombre libre, y seguir sonriendo como lo hacia él, después de tantos años, tenía que tener esa pequeña lesión que se produce el alma cuando sabes que siempre te engañan, que te mienten descaradamente, y él se defendía  y nos defendía con sus dibujos a veces tan esperpénticos, a veces tan sanos, a veces tan sentimentales… ¿Pero fue suficiente? Forges llevaba 50 años  haciendo de sus muchos miles de viñetas, el día a día de este País imposible, incluidos aquellos primeros, cuando siendo casi un niño, le tocó forjarse en los años del dictador. Porque seguro fueron para Forges una gran prueba, de las que el autor saldría curtido y victorioso. Dispuesto a imprimir mucho de su forma de ser y pensar: simpático, amable y  sugestivo Forges.
 Era un reflejo fino de la sociedad incongruente española, la que se refleja en  Él. Yo que le seguía, notaba esa empatía suya tan amable como entrañable y si le escuchaba hablar, eso me lo confirmaba. Pero ayer y hoy  las gentes que  le conocían y le querían me lo han confirmado.
 Tienes que tener una gran capacidad, de echar balones fuera. Fuera tanta maledicencia, tanta indignidad. No puedes digerir tanta basura sin enfermar. Forges que nos regaló tanto con aquella visión de la vida en sus viñetas, se nos ha ido demasiado pronto. Con él ha muerto uno de nuestros mejores ciudadanos.  
Tan acostumbrados estábamos a él que será inevitable que le echemos de menos.
                                                                                                       QUIRÓN