viernes, 31 de marzo de 2017

El nido





        Ramón se asomó a la ventana despacio, sin movimientos bruscos que asustaran a los pájaros. Vio a la pareja de urracas hacendosas entrelazando ramitas con el pico. Estaban preparando su nido donde poner sus huevos y traer a la vida su prole. La primavera avisaba con llegar.

        Hace algunos años, Ramón y Laura también buscaban el sitio idóneo donde establecer su nido. Corrieron barrios, poblaciones y urbanizaciones en su busca. Este es muy caro. Este tiene mucha cuota de comunidad. Este está con vistas a un patio. Este está bien, pero vamos a ver más. A partir de ver este último, comparaban todos los que veían con él. Llegaron a la conclusión que era perfecto para su proyecto de hogar.

        Ramón paseó por la avenida que daba a sus ventanas y  miró hacia arriba del árbol donde se proponían anidar la pareja de maricas. Un platanero enorme y en sus ramas más altas se apreciaba ya la forma de un cesto que se apoyaba en la confluencia de varias ramas. Desde la ventana también se apreciaba que, junto al cesto, también estaban construyendo una especie de tejadillo unido al mismo, con la orientación hacia donde normalmente venían los aires y la lluvia, que daba más solidez y consistencia al nido.

        Firmaron no se cuantas letras y después de más de un año que tardaron en construirla, por fin, les entregaron las llaves de su nueva vivienda. Fueron a verla con toda la familia. Las paredes vacías les hicieron soñar con el piso ya totalmente amueblado, con cortinas, lámparas y muchos electrodomésticos. A los seis meses, con la cocina, el cuarto de baño y la habitación de matrimonio amueblados, se casaron.

        La primavera ya se está asentando, los árboles, jardines y toda variedad de plantas, explotaban en coloridos vivos. El nido estaba a punto de su estreno.  En cuanto se asomaba Ramón o Laura a la ventana, salían disparados a otros árboles lejanos. Un día, sólo echó a volar uno de los pájaros. El otro, seguramente la hembra, ya no se separó del nido en varios días. Había puesto sus huevos y tenían que incubarlos. Cuando la hembra tenía necesidad de volar a comer o a ejercitarse, el macho la suplía en su función.

        Dieciocho días antes de la boda, en un avance informativo, Carlos Arias Navarro informó al país del fin de la dictadura de Franco. Días de luto nacional. Ramón y Laura temieron que su enlace matrimonial no pudiera tener su fiesta de alegría desbordante que cualquier boda que se precie tenía que tener. Al final, asumido que la sombra de Franco no iba a regresar, volvió la vida normal al país.

        Ya se ven los piquitos alzados al cielo cuando uno de los progenitores aterrizaba en el nido portando comida en el pico que regurgitaba a los recién nacidos. Pasados unos días, los polluelos se asomaban al borde del nido para saciar su curiosidad sobre el entorno que los rodeaba. Poco a poco, siempre acompañados por sus padres, fueron haciendo pinitos con vuelos cortos a las ramas cercanas, hasta que un día, ya completo el plumaje y la instrucción paterna, desaparecieron del nido a plantearse una vida libre.

        Al fin libres. El día de la celebración fue largo, banquete, baile, discoteca. Unos primos de la pareja los llevaron en coche hasta su nuevo hogar sin prisa por marcharse. Les echaron y, con un frío de espanto y de madrugada, inauguraron el amor que se habían jurado en la boda.

                Rabo de lagartija  

Vivimos en un gran circo





Los políticos conservadores y  sus imitadores en el bipartidismo en el Gobierno, primero nos crearon una montaña rusa gigantesca en la que metieron a la ciudadanía para que se creyeran que  su vida era color de rosa.

 Fue la fantástica época del Boom urbanístico, éramos los mejores, los más ricos, y la fantasía crecía sin pudor. Estos mismos políticos bien avenidos con el gran capital   y obedeciendo su idea única y ultraconservadora, nos la estaban jugando. Un fatídico día de 2007, supimos que “el Imperio (al que imitamos) había dejado caer a uno de sus mayores bancos, el Hermans Broder. Y  ya sabemos, si EEUU estornuda, occidente coge una neumonía. Y así fue. Unos meses después de comprarles las estopsions, todos estábamos arruinados. Nosotros más. En unos meses estábamos en la calle y éramos pobres de solemnidad. Sin trabajo y sin perspectivas de tenerlos. Mientras que EEUU dejó caer su gran banco y apuntaló a la ciudadanía con el dinero que el presidente Obama  requería  del Banco Federal de su Nación. Los republicanos se negaron pero al final, en lugar de restringir con el déficit apoyó la salida con dólares.

 Aquí se dejó caer al pueblo obrero, al que necesitaba trabajar para poder comer. Y el Gobierno pidió dinero, y  apuntaló a la banca. La deuda sin embargo la pagamos los españoles, mientras que en este momento una porción de españoles del 30%, siguen sin trabajar y en la cuneta todavía, después de los 4  años más canallas para los españoles, desde el fin de la  contienda Civil. Todo  gracias  a un Rajoy ensoberbecido  por su mayoría absoluta. Cogió su podadora escatológica y de aquel “Estado del bienestar”  de la montaña rusa, hemos pasado a un Estado liliputiense de la impotencia más absoluta.  Hemos pasado 5 años como alelados y estábamos, “viviendo sin vivir en mi” que decía aquel verso. El 15-M nos proporcionó un rayo de luz.

 La Metáfora es, que Rajoy perdió el Gobierno en 2015. Y a la vez los jueces le sacaron a la luz todas sus vergüenzas y a sus sinvergüenzas, en estos dos años. Les   encontramos  ahora  sentados en todos los banquillos de los juzgados, y  la judicatura, por mucha cara que tenga el PP, se la pone colorada, son  casos de toda España. ¡Ha sido tan fastidioso, vergonzoso y hasta escatológico! no ver ni oír otra cosa que las hipócritas respuestas  y comportamientos de las élites políticas del país,  defendiéndose del saqueo de las  “arcas del Estado pera robarlas” con toda desfachatez, y sin el menor pudor.. Los  políticos se escaqueaban con su desfachatez habitual –soltaban- “Bueno, pero eso fue hace 20 años no, eso no tiene nada que ver con nosotros o son casos puntuales”… Y Rajoy: callaba y esperaba.  Con esa táctica, ha triunfado.  “Ha conseguido desplazar a quienes podían desplazarle del poder”.  Y le ha ido de perillas. Porque nos volverá a podar.

 Y quedará ante los que nos barrieron a la cuneta de la vida y de la historia  como un ser histriónico que cumple con quien le paga mejor.

 Nadie ha parodiado a este gallego mejor que Peridis en su tira. Me lo estoy imaginando: el Presidente sobre su tumbona repanchingado, bonachón y sonriente, fumando su puro y haciendo volutas tan ricamente. Mientras canta: fumando espero, el triunfo que ya tengo, tras los portales,  de negros ventanales  y mientras fumo mi vida no consumo…

 Rajoy ha esperado,  y sin moverse de su tumbona, ser nombrado presidente de nuevo. Se lo han dado todo hecho. El PESOE dividido y haciéndose a un lado en el Congreso y teniendo al “ingenioso Iglesias” dándole las pautas, para poder, contestarle con ironía  “veis como me echa una mano”. Mientras yo cojo el poder, él que se cree que me daña, lo que me hace es cosquillas, al rodear el congreso con sus gentes. “El circo conmigo dentro del congreso (y vaya si lo fue), y el circo fuera del congreso, rodeando por fuera a los manifestantes, con las fuerzas públicas.  Y todo me sale bien y gratis.

 No sé, si  la oposición somos todos gilitontos, creo que sí. Pero a él hay que darle la enhorabuena.

  Ahora sabemos, después de un año de “Gobierno interino”, solo había una débil, pero  ilusión. La  de quebrar al bipartidismo, o como otros dicen la Partidocracia. Nos hemos vuelto  a quedar con la misma cara de idiotas que teníamos. Y encima seguimos teniendo al “zorro dentro del gallinero”, así que Rajoy, dándoselas de “conseguidor” y de "consensuador" a la vez sigue su camino. Como si con él no fuera nada.   

Quirón   

La mirada del tiempo





            El mundo de la informática y las tecnologías van tan deprisa que apenas tenemos tiempo de asimilar los nuevos avances que se producen en sus campos.

            Hace unos días, en un programa de televisión era entrevistado el representante del  Stand donde se estaba celebrando la muestra. Explicaba los nuevos avances tecnológicos y del desarrollo de una técnica,  por la cual se podían ver los cambios que se producía en la fisonomía de la persona a través de los años. El responsable de la muestra, explicaba que era suficiente  tomar la imagen de niño y mediante un programa, en el rostro se marcaba la huella que dejaba el paso del tiempo.

            Cuando terminó la entrevista y ver el resultado de la demostración, me pregunté hasta qué punto estamos dispuestos a ver por adelantado los cambios que se producirán en nosotros con los años.

            Después de darle vueltas y vueltas a este tema, recordé que un día frente al espejo me quede mirando la imagen que este me ofrecía. Por unos instantes pensé que la huella del tiempo tenía que reflejarse en mí, pero sin embargo pensé cómo se las ingeniaba el espejo para ofrecerme su incondicional entrega.

            Por otro lado y volviendo al tema de la fotografía, para conocer como seremos en un futuro, también sería interesante, si nos atrevemos, hacer un viaje de retroceso desde el momento en que ahora nos encontramos, hasta llegar al tiempo en que éramos niños.        


I R I S

Los cambios de atmósfera





                   Conducía escuchando la masacre,
                   la espantosa masacre de Londres.
                   ¡Qué pena de ser persona¡
                   ¡Qué poquito vale un ser humano¡

         La llegada al cruce y cambio de carretera fue como cambiar de país. Comenzaron a llegar los copos de nieve, a los cuales recibimos con entusiasmo y, conforme avanzábamos, los copos eran más continuos, más copiosos y de mayor tamaño. Durante un espacio de tiempo de unos 25 minutos, todo el campo se puso blanco. Los árboles se adornaron de un manto blanco, sus ramas parecían adornos de pascua y con el peso de la nieve cambió el paisaje en tan sólo unos minutos. Los copos eran muy grandes y el limpiaparabrisas hacía un gran acopio en sus idas y venidas. Hay que decir que la nieve era blanda y que en el suelo de la carretera no se cuajaba y eso nos fue de gran ayuda para llegar al destino, Si la nieve hubiera sido seca, no podríamos haber hecho nuestro camino, que fueron 60 kilómetros.

         Deseo hacer constar que copos tan grandes no recuerdo haberlos visto desde hace mucho años, y en los campos era impresionante cómo cambiaban de aspecto. Todo se cubrió de blanco, la hierba no existía. La distancia a la que se podía ver era de unos 500 metros. Fue una experiencia más y, como era por la mañana, en ningún momento nos preocupó. El paisaje estaba de poelícula.


Trotamundos

martes, 21 de marzo de 2017

Mi lado femenino





            Cuando hay que celebrar el Día Internacional de la Mujer, es que algo falla en nuestra sociedad. La mujer forma parte de un binomio inseparable que, unido, se les llama genéricamente seres humanos. Hay personas con más capacidad para realizar unas labores que otras, bien sea por su naturaleza más fuerte, por haber desarrollado más la capacidad intelectual o por afición o gusto. Cualquier persona, sea del sexo que sea, si se lo propone, puede realizar la misma labor que otro.

            Soy del género masculino porque en mi genética ha predominado dicho sexo, pero estoy seguro que también he heredado genes femeninos. La feminidad está entendida en nuestra sociedad por ser el receptáculo del semen masculino donde germinará un nuevo ser humano. Físicamente es así, pensando únicamente en la procreación de la especie.  Tengo genes de mi madre que formaron mi carácter, mi capacidad de inteligencia, mis enfermedades hereditarias, junto con las de mi padre. Las mujeres también heredan de su padre parte de su forma de ser. Nos diferencia el aparato genital que da origen a nuestro género.

            Quizá las culturas y religiones que mueven el mundo nos han inculcado que el hombre es un ser superior a la mujer y por eso debe estar subordinada y dominada por él. Este hecho viene desde los trogloditas, que, aunque parezca mentira, todavía cohabitan con nosotros. La Madre Naturaleza es sabia. Da el mismo valor al sol, el agua, la tierra, el viento que, junto con el ser humano, la fauna y la flora, cohabitan en armonía necesitándose unos a otros para su existencia.

            Tenemos que aprender a respetar y valorar a las mujeres al igual que a los hombres. Ambos se necesitan y se complementan a partes iguales. Ambos unidos son capaces de crear vida. El hombre, por sí solo se extinguiría, al igual que la mujer. También se extinguirían si no tuvieran a su alcance el resto de elementos de la naturaleza. Si el sol se apagase, muy poquitos seres vivientes pervivirían. Hay que respetar también a la naturaleza.

            Yo reivindico mi lado femenino, por lo que si humillara a las mujeres, me humillaría en parte a mi mismo.

            Deberían declarar todos los días del año como días del ser humano, de la naturaleza, del amor, de la concordia y de todo lo que nos une para sobrevivir y crear ilusiones de vida.

Rabo de lagartija

A raices





Cuando la naturaleza se impone, cuando los valles y terrazas
le proponen al hombre que observe y se adapte, surgen como
entre los almendros, los olivos y las cepas de la tierra
se han mimetizado.
Ha entendido que las orientaciones apenas importan aquí,
porque la riqueza se encuentra en la mezcla de tierras,
 tipos de vides y climas.
Pirita necesita tiempo y paciencia para acabar
 regalando una sonrisa infinita.
Parece salvaje  y algo rústico pero es largo y delicado.
Su acidez taladra y su verdad salpica.
Humedad y arándanos rojos a borbollones. Confitura  de endrina.
Gajos de naranjas bañados en chocolate negro.
 Musgo en la piedra que marca el hito entre tierras.
Es poliédrico y mutante, pero muestra caras de robustez y tiene
 la capacidad de penetrar.
Daga de fruta, cuchillo de tierra, misterio de la niebla azul,
el aroma nos guía, certeros en la bruma.
La pirita es el oro de los pobres y se convierte
 en el más atractivo de los minerales.
Sabe a piedra, a suelos antiguos y a un tiempo en que
los caminos entre cañadas habían desaparecido.
Denle tiempo y los reencuentra.           


QUIRÓN

Música en el andén





            Como cada día tomo el metro para dirigirme a mi puesto de trabajo. Bajo las escaleras camino al andén y espero la llegada del convoy. Durante los minutos que dura la espera me distraigo recorriendo la estación. Los paneles que se encuentran en ella anuncian el tiempo de llegada como alguna que otra noticia, con el fin de entretener al pasajero en el tiempo de espera. Sin dejar de ver lo que sucedía a mí alrededor el recuerdo de aquella otra estación del pasado vino a la mente. Recordaba también el ruido que hacían los trenes anunciando su llegada cuando salían, y del traqueteo que sentías cuando emprendían la marcha hacia el interior del túnel. También me gustaba meter los dedos por las pequeñas aberturas que dejaban las puertas y poder sentir el roce del aire.

            El sonido del silbato anunciando la llegada del convoy me hizo romper el hilo de los recuerdos. Cuando este paró y se abrieron las puertas, entré en su interior. Durante los minutos que duró el trayecto, seguía pensando en los momentos vividos en el pasado en otra estación, y  que se habían despertado en el tiempo que duró la espera.

             Cuando el convoy se detuvo en la estación donde tenía que bajarme, las puertas se abrieron y me dirigí con dirección a las escaleras que conducían a la salida. Según avanzaba hacia ellas, las notas de una melodía llegaron hasta mí. Por un momento eché a un lado los pensamientos que me habían acompañado, y me dejé llevar por la música  mientras iba ascendiendo por las escaleras mecánicas.

            El tiempo que duró mi trayecto hasta la salida, la música me acompañó haciendo que, por un momento, fuera mi compañera de viaje.


IRIS

sábado, 11 de marzo de 2017

El trastero




         María se empeñó en que había que bajar al trastero para hacer una limpia integral. Hacía años que almacenaban en él todos los trastos inútiles que el sentimentalismo había salvado de la basura y que llenaban hasta los topes el pequeño reducto del trastero. Manuel tuvo que sucumbir al ultimátum de su mujer y preparó bolsas y cajas para retirar las reminiscencias del pasado, obsoletas ya.

         Abrieron la puerta y, desde el umbral, echaron un vistazo al caos que imperaba, donde últimamente no se paraban en colocar nada y lo tiraban de cualquier manera. Empezaron por las estanterías del lado izquierdo. Una plancha sin arreglo, la cerradura original de la casa, sin llaves, la lámpara de forja del salón. También encontraron una maleta ajada, sin ruedas y de material duro que les hizo recordar su viaje de novios.

         Nunca habían montado en avión hasta que se casaron. ¡Canarias!, esa parte de España tan acogedora con su cadencia de lenguaje sus paisajes volcánicos Se sentaron en los asientos que la azafata les indicó. El despegue les puso el estómago en el cuello. Cuando se atrevieron miraron por la ventanilla cómo las casas las carreteras, las montañas se empequeñecían y se alejaban de ellos. Dos horas de vuelo. Les llevaron un desayuno y el periódico. Rezaron a todos los santos para que aterrizase bien. Un autobús les acercó desde la pista hasta la terminal. Alguien con un cartel los llamaba para llevarlos en un taxi al hotel. Días maravillosos, experiencias nuevas, conocimientos íntimos que hasta entonces se habían privado de sentir.

         ¡A la basura, para qué la queremos¡

         Seguimos por la estantería del fondo. Revistas viejas, un tostador de pan, papeles y recibos antiguos, juegos de los niños.

         Cuando nacieron nuestros hijos se inundó de alegría nuestra vida. También llegaron los insomnios, pañales, biberones y visitas al pediatra, asustados de cualquier cosa que les ocurriera. Vimos sus caritas en las fechas de sus cumpleaños y la llegada de los Reyes Magos. Lucha diaria con los estudios, por crear una conciencia social y humana en ellos, verlos crecer y experimentar las nuevas sensaciones de la infancia, la pubertad y la adolescencia.

Por último, miramos la estantería de la derecha. Una impresora vieja, maderas del mueble viejo, Un despertador inútil, cuadros venidos a menos. El bastón del abuelo.

Se pasaba temporadas con nosotros. Gustaba de corretear por las tierras que aún se cultivaban frente a nuestro piso. Se juntaba con otros mayores, la mayoría venidos de términos rurales y añoraban su juventud, contándose sus batallas de la vida. Adoraba a sus nietos a los que empachaba de chuches y golosinas. Las tardes se las pasaba mirando por la ventana el devenir de la gente del barrio. Su último descubrimiento fue el hospital de la zona, donde se despidió de nosotros.

Toda una vida estaba reflejada en aquel trastero. Decidimos tirar lo que no conllevaba sentimientos y lo demás lo colocamos ordenadamente en las estanterías. Ya habría tiempo de tirarlo.


Rabo de lagartija

Cuando ella llega





            La primavera se va aproximando y todo en la naturaleza se prepara para su llegada. Los campos se visten de verde. Las florecillas tímidamente se asoman por encima de sus finísimos tallos. Las ramas desnudas de los árboles muestran ya  las yemas, que se abrirán con las hojas que vestirán sus desnudos brazos. 

            El invierno, cuando la ve venir, trata de impedirle el paso y hace  lo posible para que no le robe el tiempo que aún le queda para terminar su reinado. Él, en un último intento, ordena a las nubes que cubran el cielo y tapen al sol para que sus rayos no  calienten la tierra, pero su intento de detenerla fracasa y pierde la batalla, pues ella avanza  con tanta fuerza, que lo desplazará hasta el lugar donde reposara hasta que llegue de nuevo su tiempo.

            Cuando por fin ella tome posesión de su reinado, todo un estallido de color y aromas invadirá el espacio. Los árboles, vestidas ya sus ramas de hojas, darán cobijo a los pajarillos que buscarán su sombra. Los rosales florecerán en parques y jardines, mostrando gran belleza y colorido. En los bordes de los caminos, margaritas, campanillas y amapolas, harán que los ojos del caminante se alegren con su colorido.

            Cuando ella llega,  también nosotros en nuestro interior sentimos su presencia.

I R I S                      

Día internacional de la mujer





Me preguntas ¿Por qué no quiero ir al cielo?

Como le contaría al ser Supremo de los creyentes, que mi movida, en la vida por mi vivida, sólo da para que una vez muerta, se me deje descansar en paz.

Para ir al cielo, lo primero es creer que existe ese sitio y yo lo dudo. Perdona pero tú has preguntado. Yo no creo en eso, además aunque fuera en cabeza ajena, ya estoy bien escarmentada.

 La vida ha sido buena conmigo. Pero ha tenido sus costes. “La doma” evangélica-fascistoide-paternalista que sufrí desde que nací, me ha privado, en muchas ocasiones, de descubrir factores de mi existencia que debería haber descubierto, para no ser a los setenta una tarada físico-sexual al no haberlos descubierto a tiempo.

 ¡Porque era pecado! ¡Dices! He vivido si, ¿pero? ¿Lo hubiera hecho de  la misma forma si en lugar de nacer con la dictadura franquista lo hubiera hecho en los 80, con el florecimiento del destape, tanto físico como mental? Creo que no.

 Mi generación cargó con el pecado original y seguimos cargando el peso, no sólo sobre las espaldas en forma de responsabilidad, sino y sobre todo en la psiquis, por no osar romper la coraza que nos endosaron. Es como si nos hubieran puesto aquellos candados que pusieron a las hijas del Cid. Únicamente que a nuestra generación nos la grabaron a fuego en la mente y eso nos limitó a chicas y chicos.

 De ese modo voy por la vida como Sísifo, cayendo bajo el peso y volviendo a levantarme con él, incapaz  de deshacerme de la carga. Esa carga es la conciencia, y en ella implícita está la responsabilidad que todos deberíamos tener, pero de la que la mayoría prescinde olímpicamente, para mejor progresar.

En aquella época las virtudes teologales se llevaban a rajatabla. Ahora lo que se lleva de esa forma, son las virtudes de los mercaderes, que en general  pertenecen a personalidades Católicas, apostólicas y romanas. O sea, al gran capital, como factor esencial de la Mundialización. Que esta no es mi historia, ya sé, pero es la tuya y la de tu gente, ¿o ya no recuerdas al virtuoso Aarón adorando al becerro de oro? Bueno vale, déjame seguir.

Tú protesta, pero tus seguidores están la mayoría implicados en la forma de obtener  ganancias a cualquier precio, en cualquier lugar del mundo, sin contar mucho con la moral y ni siquiera con la ética. Ellos se han olvidado del pecado original y a Sísifo, sólo lo recuerdan si han estudiado los Mitos de Grecia. Y qué decir del remordimiento por los hechos irreparables cometidos. Nada, ni sufren ni padecen. Sólo mienten y engañan y después se dan golpes de pecho.

Pero eso sí, después de sus fechorías, como son ricos y famosos, se acercan al Vaticano a ver al Santo Padre e invocando tu nombre en vano. ¿Que no me pase, dices? Vale, escucha un poco más que ya termino. Es un hecho que mintieron para lucrarse e hicieron la Guerra contra Irak. Con el mismo fin cierran las fabricas aquí y las abren en China, claro que los parados quedan entre nosotros. Bueno, bueno, no te enfades, eran solo dos ejemplos.

No sé, mira, no creo que me quiera sentar a tu derecha: Porque fue aquella conciencia de personita con responsabilidad desde la más tierna infancia la que me convirtió, la que me condenó a ser una mujercita obediente, buena, responsable para todos menos para mí misma. Yo no he contado y ese es mi mayor pecado. Ahora mi mirada y mi conciencia son críticas con las injusticias, y siguen recargándose con las acciones de tus adeptos.

En el apostolado de los años 40-50 del siglo XX, no se admitían mentiras (eso pensaba yo), como las que llevan a cabo seguidores de tus dictados: que matan inocentes y lo niegan, que defraudan al pueblo que gobiernan, en pensamiento, palabra y obra, y lo siguen negando. Bueno, bueno, escucha, no te entiendo, pero todos esos defectos que enumero no tendrían que ser míos, ¿y encima me amenazas de apostata?

Mira, yo no creo  en tu cielo y sin embargo, soy yo la que cargo con la responsabilidad y encima no me he comido una rosca. Pero sé que descansaré en la tierra de mis ancestros, porque es aquí donde está toda la movida.

Mis amores y mis sinsabores.

 Mi cielo y mi infierno             


Quirón          

Hay que ser





                    Hay que ser muy listo
                para hacer bien el tonto,
                porque hacemos bien el tonto
                cuando nos creemos listos.

        Cada día nos despertamos con historias que los medios nos cuentan, ya sean robos, tiros, asesinatos, saqueos, malversaciones, injusticias y toda una cantidad de cosas, que no nos deja descansar. Problemas con trabajadores de tal entidad, de tal colectivo, de tal ministerio. Todo esto nos lleva a pensar que todo está en el aire, que no tenemos nada seguro, que todo va mal y así la vida se hace muy difícil, porque no confiamos en nadie, los políticos no nos dan seguridad, cada cual tira por su lado, todo lo ponen muy difícil. Ni ellos mismos se entienden y así, no podemos confiar en nadie y eso nos lleva a dudar de todos, y ese no es el camino. Para hacer que una nación funcione si todos tiran de manta, se acaba rompiendo, y eso es lo que algunos parece que desean. Pero el pueblo se da cuenta de quien es quien y de cómo actúa cada cual, y lo que hace falta es cordura y sensatez, y no ganas de tomar el mando por su cara bonita. Sean sensatos y honrados y no quieran figurar a costa del mal de los demás.


Trotamundos

viernes, 3 de marzo de 2017

El ruido del tiempo - Rituales





EL RUIDO DEL TIEMPO 
  
Cuando la cuidad se vacía queda el silencio.
 Cualquier sonido horada el espacio con calidad de símbolo.
 Un tubo de escape atraviesa el aire cual alarido grosero y oxidado.
Va perdiéndose con sonido de huida se va definitivamente
del mito, del mito que llevamos dentro.
A veces nos hace jugar con la idea de cambiar.
 Dejarlo todo atrás, desaparecer como somos, reaparecer siendo otros
En otros lugares del tiempo y el espacio.



RITUALES

Cumplía con el tiempo de los rituales que nos ayudan a entrar en la vida
poco a poco, en lugar de  darnos de mano con ella al principio de cada jornada.
Un sonido persistente molesto pero no trágico, me pisaba los tímpanos.
Me he mirado al espejo, el cepillo de dientes en la mano, el pelo revuelto y mojado el rostro limpio y surcado, las ojeras, las bolsas, manchitas rojas,
manchitas marrones, la sombra del bigote, que no es bello sino
el recuerdo indeleble de los años de adición a la nicotina.
Las dos depresiones que comienzan junto a las aletas de la nariz
y llegan a las comisuras, donde se detienen para dejar sitio
 a dos cortas arrugas que ponen mi boca entre paréntesis,
cada una con su carga de experiencias: Cuando sonrío, la izquierda
se contrae hacia arriba, en impertinente optimismo, la derecha lo hace
hacia abajo, como si quisiera caer como piedra en un mar de distanciamiento.
Entonces he sentido  el taladro dentro de mi cabeza. He sabido que era el ruido del tiempo.
El ruido de un túnel que no deja de abrirse.
Un agujero que no tuvo principio.
 Porque el tiempo no es de nadie, ni puede medirse con relojes.
Quizás es circular, envolvente, fetal,
 el tiempo del que todo precede y al que todo regresa.
Puede ser sólo la forma literaria que adopta para manifestarse,
el misterio de lo que somos.
Cerré los ojos, el ruido desapareció, no era que el taladro hubiera dejado de sonar,
sino que me vi en otro momento de mi vida cuando el tiempo no sonaba.
 Mi rostro liso, una piel sin escribir, una señal de la memoria,
 un mojón fluorescente en la oscuridad…
Recordar prueba que no te disuelves del todo en el remolino impreciso
que crea bajo tus pies el ruido que no puedes conjurar.
 Quizá es para no perdernos por lo que llevamos dentro,
los diferentes retratos de lo que hemos sido hasta hoy.
 Y es el espejo donde nos encontramos al desconocido que los contiene.
Creo que el taladro ha dejado de sonar. Creo.


  QUIRÓN      



A la vera vera






                   A la vera vera de un almendro en flor,
                   cantaba y cantaba aquel ruiseñor,
                   cantaba y cantaba llamando a su amada,
                   cantaba esperando por ver si llegaba.

                   La flor del almendro
                   tan pura y tan blanca,
                   con sus puntos rosa
                   que a todos encanta.

                   A la vera estaba
                   mirando la flor,
                   una joven dama
                   de lindo candor,
                   estaba extasiada
                   de tanto dulzor,
                   y quedó prendada
                   en su corazón,
                   que a la flor besaba
                   y se enamoró.


Trotamundos

El agua de la vida





Los Foradori fundaron cerca de Trento un espacio de paz y diálogo con la naturaleza al amparo  del río:
El Sáluga, que significa “agua santa” y da nombre a las fuentes
e identidad contemporánea a una tierra del norte de Italia, que vio como los etruscos cultivaban y musitaban palabras de amor hacia su tierra.
 La sonrisa es el eco de la sonrisa etrusca: viene de sus adentros,
Nace de la comprensión intima de aquello que sucede en el campo y crece en la simbiosis entre personas y usos.
La serenidad de ese saber antiguo, son profundos pero no amordazan, seducen con su discreción.
Hablan de cosas sencillas: del aceite en una hogaza reposada,
de la aurora que recorta con su luz fresca el perfil del monte,
de la mimosa en flor, del panal  en erupción cuando llega el calor:
tiene el vigor y viveza de las abejas y huele a su miel
 libada en flor de acacia. Y esconde un alma verde
de musgo tierno y esponjoso.
Fundamental: posee la fuerza oscura, casi incomprensible
del  basalto y, al mismo tiempo, muestra la pureza,
  blanca y delicada del alabastro. 


QUIRÓN