viernes, 31 de marzo de 2017

Los cambios de atmósfera





                   Conducía escuchando la masacre,
                   la espantosa masacre de Londres.
                   ¡Qué pena de ser persona¡
                   ¡Qué poquito vale un ser humano¡

         La llegada al cruce y cambio de carretera fue como cambiar de país. Comenzaron a llegar los copos de nieve, a los cuales recibimos con entusiasmo y, conforme avanzábamos, los copos eran más continuos, más copiosos y de mayor tamaño. Durante un espacio de tiempo de unos 25 minutos, todo el campo se puso blanco. Los árboles se adornaron de un manto blanco, sus ramas parecían adornos de pascua y con el peso de la nieve cambió el paisaje en tan sólo unos minutos. Los copos eran muy grandes y el limpiaparabrisas hacía un gran acopio en sus idas y venidas. Hay que decir que la nieve era blanda y que en el suelo de la carretera no se cuajaba y eso nos fue de gran ayuda para llegar al destino, Si la nieve hubiera sido seca, no podríamos haber hecho nuestro camino, que fueron 60 kilómetros.

         Deseo hacer constar que copos tan grandes no recuerdo haberlos visto desde hace mucho años, y en los campos era impresionante cómo cambiaban de aspecto. Todo se cubrió de blanco, la hierba no existía. La distancia a la que se podía ver era de unos 500 metros. Fue una experiencia más y, como era por la mañana, en ningún momento nos preocupó. El paisaje estaba de poelícula.


Trotamundos

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