domingo, 18 de noviembre de 2018

Eso del uno de noviembre





Cuando nacemos, toda la  vida la tenemos ante nosotros y la muerte nos acompaña siempre.

Ya de niños se nos muere nuestra mascota, pero nos cuentan que está en el reino de los animales con lo cual nos hacen pensar que está bien y es algo bueno, también es para quedarnos más tranquilos.

Cuando somos adolescentes y jóvenes nos creemos inmortales hasta que llega el día trágico en que se nos “muere el móvil “, entonces pasamos unos días de verdadera angustia hasta que nos compramos uno nuevo y volvemos a tener vida social y a pertenecer al mundo.

Cuando después de un tiempo lleno de luz y calor, viene una tarde desapacible con frio y viento, anunciando el invierno, pensamos que ya murió el verano.

Cuando cambiamos el armario y sacamos ropa del año anterior que se nos quedó pequeña o ya no se lleva, la tiramos a la basura y pensamos;  “ya murió la chaqueta roja que tanto me gustaba” y te pones otra cosa añorándola durante unos días.

La palabra muerte está vedada en una sociedad dedicada a la vida.

Siempre se mueren los demás.

Ya lo dijo Epicuro, gran filósofo griego:

La muerte es una quimera, porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo.

Clave de sol

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