viernes, 23 de noviembre de 2018

El lado positivo de las cosas




Lucia siempre ve el lado positivo de las cosas, pienso mientras me seco la cara. Me peino y trato de echarme laca sobre estas canas locas que caen sueltas sobre la frente y claro me encuentro con que no sale nada del bote. Natural, está vacío. Como de costumbre se me ha ido el santo al cielo y olvidé que tenía que comprar.

Y luego dice Lucia que exagero cuando me quejo de mis olvidos. Se me viene a la memoria su respuesta: “Mira, (me dice muy sonriente) si se te olvida algo, no hay mal que por bien no venga, apuntas lo que necesitas, me llamas al bajar  y volvemos a salir juntas, nos damos una vuelta, compramos y así pasamos el rato tan ricamente y te dejas de tonterías con el Alzhéimer ese, que no sé qué tontunas te dan tanto nombrarlo.”

Recordando  a Lucia he echado un vistazo por el cuarto de baño y han aparecido: productos caducados y otros  en las últimas, así que he apuntado laca, jabón en pastilla de tocador, gel dental, desinfectante y tiritas. He dejado patas arriba el cuarto de baño, me he atusado un poco, he cogido el chaquetón y, cerrando la puerta, voy bajando las escaleras hasta el segundo en busca de Lucia.

 Por  una vez la haré caso.


QUIRÓN

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