viernes, 5 de mayo de 2017

La tierra antigua sonríe





Es toda tacto y amabilidad, amor e intensidad,
discreción y fragancia. Las gentes Tenublinas hablan
de sus tierras rojas y de cómo olerla y beberla.
El viñador asume  con naturalidad y esmero la tradición secular  de viñaspre,
Y de los replanos, hondonadas y vaguadas que dibujan un perfil singular.
No hay ruido ni tensión: hay naturalidad y espíritu abierto
 a las  enseñanzas de los mayores.
Estas gentes protagonizan un viaje singular a las raíces del amor
por la tierra que no necesita grandes titulares:
necesita el calor del hogar, una charla amable y alguien
que quiera escuchar cómo esta tierra habla a través de sus caldos.
Es un  pequeño lugar las Paredes, pensado  a la medida del hombre
y de su trabajo con las manos.
el barro y la tierra roja asoman con sutileza, los aromas
profundos de campo: tomillo y orégano.
Sin remilgos pero con un buqué fino y complejo: Violetas y fresas silvestres.
Tiene volumen y energía, corazón e intensidad.
Huele a rebaño  y a sombra alargada de la sierra sobre el terreno,
Sabe  a paz y a  hogaza de pan.
Sensaciones  
Suena a matorral  y a olivo, a piedra arenisca
Y a monte que reciben el mistral
Viento que recoge la esencia y los sabores
de una tierra antigua y sabía y los convierte en amores.

QUIRÓN  

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