miércoles, 29 de enero de 2014

El origen de la vida

       


           El lugar era muy acogedor. La temperatura ideal para el cuerpo humano, en cualquier época de la vida y de años pasados y venideros.

              En aquel lugar había vida, se nacía y se moría. La vida era monótona: comer, cazar, dormir, engendrar y enterrar a los que morían. Lo más normal era no saber quién era el padre de la criatura, ya que todos y todas se relacionaban  para la supervivencia. Más de la mitad de los nacidos nacían malformados por culpa de los genes.

       Fueron pasando los años y la ciencia logró grandes avances y, en el día de hoy, que los medios tecnológicos conocen las malformaciones de los fetos en el vientre de la madre y, si hay hallazgos de causas graves para la criatura,  queda la opción de no llevar adelante el embarazo, para que esa criatura no sea un infeliz si llegara a nacer.

            Esa opción, lo más natural es que la tome la madre. Meditar, reflexionar todo cuanto conlleva la vida diaria, teniendo en cuenta lo duro que es vivir cada día, en un estado físico en plenas facultades.

                El tema es muy fuerte, muy difícil, y lo peor de todo es opinar sobre la voluntad de otras personas.


Trotamundos

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