sábado, 8 de abril de 2017

Las raíces del sabinar





El altiplano es un paraíso burgalés, tocado por un clima benigno

para las cerezas o las uvas, y con el agua fresca y comedida del río Arlanza.

Santo domingo de Silos está cerca de Covarrubias.

La oración de sus monjes se convierte en canto gregoriano

que transmite a esta tierra sosiego, energía y sobriedad.

 Así son la comarca, sus personas y paisajes:

Tierra  pura y sin  aspavientos.

Aquí los viejos viñedos de tempranillo y garnacha le dan a la tierra

felicidad y alegría sin perder la rusticidad ni el espíritu montaraz  de la zona.

La Vallada es monte y caballerías, frescura buena y acidez, es barro.

Hay sabinas y sus frutos en el suelo con el recuerdo

 de una taza de chocolate negro en la mano.

A ratos asoma la frambuesa, a ratos el arándano negro.

La parte umbría del bosque se esconde aquí, entre el verde

 y el azul oscuros, cuando el sol apenas penetra.

Ciruelas y picotas ácidas reciben el matiz de la delicadeza y la amabilidad

e invitan a un trago que se convierte en vibrante con las horas
.
Son sensaciones y aparece el monte cubierto de arbustos y

plantas aromáticas, y él también huele un poco de laurel,

otro poco de tomillo y orégano y ese toque leve pero

mordaz del grano de pimienta salvaje.  

QUIRÓN    




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