jueves, 20 de noviembre de 2014

Reflexiones





         Quiero empezar diciendo que una de las palabras que más me gustan, es sinceridad. Las personas que me conocen, creo que todas, coincidirían que, a pesar de mis muchos defectos que pueda tener, sinceridad y justicia es algo que llevo como baluarte. No puedo entender que olvidemos estos valores sólo por conseguir ciertos privilegios, cuando está en juego la supervivencia de tanta gente.

 No sería tan difícil aparcar un poco de riqueza, como coches lujosos, cruceros millonarios y más caprichos, que seguro pasarían desapercibidos si no los tuvieran. Por el contrario, ello haría que gente corriente, de la calle, que tienen que mirar un euro, pudieran vivir más desahogadamente. Aunque también podríamos hacernos una crítica todos. Me entran dudas sobre cual sería el comportamiento de los más débiles, si se estuviera en el otro lado.

         Sinceramente, creo que nos duelen las cosas cuando nos tocan a nosotros, aunque, a lo mejor, no nos hemos parado a pensar que, cuando estábamos en una situación económica mejor, nuestro proceder no fue el adecuado con los demás.

         Para nada quiero ser portadora de críticas hacia nadie, pero lo mismo que digo que me gusta la sinceridad, tengo que decir lo que siento. Es una reflexión que me hago a mí misma, que puede ayudarme a ser mejor persona, y pensar que tal vez, desde nuestro círculo en que vivimos, podemos hacer algo para el bien común.


Blanca

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