sábado, 9 de noviembre de 2019

La moragá





         La moragá, la calbotá, castañas asadas.

         Ayer por la tarde, a las 19,45 horas, la plaza estaba casi desierta, tan sólo había unas veinte personas y algunos coches que circulaban de un lado para otro. A las ocho de la tarde, en esta misma plaza, ya se podían contar las personas por cientos.

            Y… Se preguntarán cual es la razón de un cambio tan notable en tan solo quince minutos. Pues bien, ahí va la razón: En este pueblo, hay una costumbre muy antigua de hacer la “Moragá”, que es lo mismo que asar castañas.

         Hasta hace unos años, se asaban entre corros de amigos y cada corro hacía su lumbre, y se asaban en el campo, y era una tarde de buena armonía entre todo el personal del lugar.

         Como todo cambia en la vida, debido a los fuegos, se prohibió hacer lumbre en el campo, y eso nos ha llevado a idear una forma para que el pueblo celebre una costumbre, o una fiesta, que se recuerda desde hace muchos años. Y con tal motivo, se asan las castañas en la plaza, y que son gratis para todo el que llega, y el caso es que cada año son más personas las que acuden para la degustación, acompañadas de un buen vino, ya que son muy buenos compañeros los dos componentes para alegrar la vida un buen rato.

         Es muy grato ver una mano con las castañas asadas, y en la otra un vaso con vino, porque la alianza de los dos componentes proporcionan un buen rato de felicidad, de la que disfrutamos padres, hijos y abuelos y no importa el frío ni la lluvia.

                   Hay que agradecer encarecidamente a las personas que se presta, voluntarias, para asar y repartir, y lo hacen con buena voluntad y desenfado.

         PARA TODOS, GRACIAS DE VERDAD.


Trotamundos

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