Un país no es nada sin personas
ni por el número de habitantes,
un pueblo puede ser grande
si se le hace fuerte y decente.
Un pueblo libre, traba y vive,
un pueblo oprimido estará triste,
estará lleno de odio y rencor
y la paz y el amor no existe.
¿Y cómo aunamos el bienestar?
Con vergüenza, valentía y corazón,
sin lucro, sin mentiras, sin odio,
sin venganza, con trabajo y formación.
Cuando las mentiras se paguen caras,
cuando el pueblo sea libre de expresión,
cuando los saqueos sean penados,
hallaremos bienestar y comprensión.
Hoy hablamos de la España vaciada,
pero cuantos años han estado en horas bajas,
nadie se ha dado cuenta hasta hoy,
acaso no se veía la natalidad tan baja.
Las familias cada día son más cortas,
las parejas necesitan más apoyos,
con un sueldo no se llega a fin de mes,
y los niños no se crían ellos solos.
Conseguir una vivienda es todo un reto,
con los sueldos de miseria que tenemos,
encontrar un puesto fijo es un veto,
que entre toda la familia no podemos.
Trotamundos
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