Las imágenes pintadas en los lienzos despertaban la
imaginación de Lucia, llevándola a investigar hasta lo más íntimo de los
personajes reflejados en los mismos.
Desde
niña, Lucía había mostrado un carácter
despierto y cuando hablaba en las reuniones familiares, contaba historias que su familia al escucharla les costaba
separar lo real de la fantasía.
Cada
tarde al salir del colegio donde daba clases, Lucía se dirigía al Museo donde
trabajaba su padre como restaurador de obras de arte. Una vez allí esperaba a que las puertas se cerraran al
público para reunirse con él y hablar de
los trabajos que este estaba llevando a cabo
y que tanto le apasionaban a ella.
Un
día de los que entró en la sala donde su padre se encontraba trabajando, sus ojos se quedaron mirando fijamente un
cuadro en el que el rostro de la mujer pintada le devolvía la mirada. Por unos
instantes continuó observando la pintura, la imagen de la mujer envuelta en transparentes velos de
colores, que parecían revolotear como el vuelo de la mariposa queriendo escapar
de su encierro. Tan abstraída estaba en su contemplación, que se sobresaltó a
oír que la llamaba su padre. Cuando se volvió hacia él quiso saber de dónde
había salido aquel cuadro, a lo que él le contestó que lo había encontrado en
el sótano, junto a otros cuadros que esperaban para ser restaurados y expuestos
en la sala, para una exposición que
estaban preparando.
Lucía
regreso a casa, durante el trayecto recordaba la impresión que la había causado
la mujer del lienzo.
Aquella
noche el sueño de Lucía se lleno de imágenes y entre ellas, las del cuadro de
la dama misteriosa y de cómo esta tomaba vida y traspasaba el lienzo, rompiendo
el cristal que lo protegía y caminaba
lentamente hacia ella, tratando de atraparla con sus manos, mientras ella
permanecía inmóvil, sin poder moverse, hipnotizada por el extraño brillo de los
ojos fijos en ella y cuando parecía que iba alcanzarla, un estridente golpe
sonó a lo lejos.
Una
fuerte ráfaga de viento había cerrado bruscamente la ventana y los cristales
desprendiéndose por el golpe caían al suelo rompiéndose en pedazos y con su
estallido rescataron a Lucía del extraño sueño.
I R I S
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