De padres a hijos se pasan las tradiciones. Los
padres, cuando eres niño, te inculcan sus ideas o lo que ellos creen que es lo
mejor para ti. Pero cuando creces vas viendo lo que es bueno para ti, lo que te
gusta, o realmente lo que no puedes soportar
ni un minuto más.
Vas viviendo tu vida condicionada por los acontecimientos de todo un año.
Empezamos las celebraciones con el Año Nuevo,
Carnaval, Semana Santa, cumpleaños, verano, las fiestas del pueblo y terminamos
el año con la Navidad
de nuevo, para volver a empezar otro año con las mismas fiestas y
celebraciones, es agotador.
Cada día se ha de vivir de manera diferente en la
medida que se pueda.
Cada día es
único.
Para que una tradición sea eso, una tradición, se ha
de repetir cansinamente, hasta que la sociedad lo acepta y así queda instaurada
la tradición.
Si las tradiciones te gustan, si esperas el evento con
ganas, adelante, vive tus tradiciones.
Pero si vas a una cena de Navidad obligada, pensando
que estarías mejor haciendo cualquier otra cosa, a lo mejor es el momento de
pararte a pensar y para el año que viene rompe con las tradiciones que no te
gustan.
Clave de Sol
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