sábado, 17 de marzo de 2018

La tregua





            Desde hace días al mirar por la ventana, vemos al cielo encapotado y  las nubes descargando su pesada carga.

            La lluvia había dejado de caer, lo que me animó a mirar por la ventana. A  través de ella descubrí al sol tratando de abrirse paso entre las nubes, creando con sus rayos de luz al arco iris. El viento queriendo hacerse notar, comenzó a soplar fuertemente, haciendo con su presencia temblar a las desnudas ramas de los árboles.

            Durante el tiempo que estuve asomada a la ventana, recordaba lo que nos habían contado los meteorólogos de las borrascas y de cómo estas se iban sucediendo una tras de otra y de la gran cantidad de agua que dejaban sobre la sedienta tierra.

            Los medios de comunicación se hacían eco de los desastres que las fuertes lluvias causaban. La televisión nos ofrecía las imágenes de pueblos aislados y carreteras cortadas por la gran cantidad de nieve caída.

             Los caudales de los ríos habían crecido, después de un tiempo de sequía que había hecho bajar su nivel de agua. Después de las últimas lluvias caídas, se les veía correr  veloces por sus cauces, llevándose a su paso, todo aquello que se cruza en su camino. También los embalses comienzan a recuperarse después de un período de sequía, haciendo que respiremos aliviados por un tiempo.

            Mientras las imágenes pasaban por mi mente, al otro lado de la ventana las nubes habían cubierto de nuevo el cielo. El sol había quedado nuevamente atrapado en ellas. Los colores del arco iris difuminados. La lluvia y el viento comenzaban de nuevo, dejando atrás la tregua.

              

I R I S

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