Un día iniciamos una historia,
por
mínima que sea,
puede
que acabe en la gloria
o
que nunca se posea.
Caminante
que caminas,
tu
tiempo se va pasando,
y
en la soledad opinas,
que
todo se va olvidando.
El
tiempo borra las huellas,
que
quedaron levemente,
que
corren como centellas
por
la masa de la mente.
Y
la soledad recuerda
tantos
momentos dichosos,
otros
que huelen a mierda,
y
otros fueron bochornosos.
Los
momentos de la vida
pasan
y no vuelven más,
otros dejan una herida
que
no se cura jamás.
Esta
vida es un camino
que
no conoce el final,
inmensa
como un comino,
dura
como el pedernal.
Un
día tocas la gloria,
al
siguiente todo es fuego,
luego,
hurgando en la memoria,
todo
en la vida es un juego.
Trotamundos
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