sábado, 10 de marzo de 2018

El ocupa





Vivía sin libertad en una casa que no era suya, una casa  grande con jardín y muchas habitaciones, en un barrio residencial, con muy poco tráfico. En una de estas habitaciones vivía una pareja de veganos, muy amenos y divertidos. En otra habitación estaba él. No tenía muchas pertenencias pues había vivido en su coche durante un tiempo, ahora disponía de una estancia para el solo.

En la  casa no había agua caliente, así que sacaban al jardín unas cuantas  garrafas  y las ponían al sol para darse una ducha por la noche.

Los domingos hacían asamblea en el comedor y hablaban de todo lo que supone una convivencia con gente desconocida, hablaron de quién se encargaría  de la limpieza de las zonas comunes.

La comida se la proporcionaba una señora que vivía en la casa de al lado y según decía ella, estaba acostumbrada a cocinar para mucha gente y ahora estaba sola y le sobraba de todo, así que iba con todo tipo de manjares y ya de paso comían todos juntos.

Una noche llamaron a la puerta, eran dos mujeres muy nerviosas y sin nada.

Se presentaron como madre e hija.

Habían huido de una bronca tremenda y de un marido y padre borracho e irresponsable. Les habían dicho que en esta casa las acogerían, y así fue.

 Esa noche, no durmieron en la calle, con miedo, al menos tenían una habitación y algo de cena.

Eran ocupas y se ocupaban de ayudar a la gente que lo necesitaba. En el fondo hacían un bien social.


Clave de Sol

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