Perdona mi atrevimiento al dirigirme a
ti en estos términos. Se que no soy merecedor de que ocupes un solo pensamiento
hacia mi, pero algo me quema por dentro y tengo que dar escape a ese fuego o
moriré abrasado por el. Soy un cobarde,
lo reconozco. No soy capaz de enfrentarme a tu juicio y decirte a la
cara lo que se cuece en mis entrañas y que me tiene desasosegado.
Te veo y te miro todos los días, al entrar en clase, durante la clase y al
salir de ella. Los suspiros forman parte cotidiana de mi existencia. A veces,
cuando levanto la vista para admirarte una vez más, no se si la casualidad o,
quiero pensar, un cierto interés por tu parte hacia mi, me veo reflejado en la
profundidad de tu mirada y vuelco con ansia esa devoción que fluye de mis
pupilas, para tratar de nutrirte con mi amor.
No me importa en absoluto las
diferencias que pudieran poner freno a mi razón para amarte. ¿Qué es la edad?
Únicamente el tiempo vivido por cada persona, pero no limita los sentimientos y
la intensidad de los mismos. Cada
ser humano busca una ilusión, una meta por la que luchar, algo que nos
propongamos alcanzar para descubrir la utópica felicidad que tildan de efímera
y traicionera, pero que es el componente químico que hace reaccionar a nuestro
organismo ante las adversidades que nos va arrojando la propia existencia. Ese
componente eres tú, la que me hace dudar de mi cordura a veces, la que me
lanzas al pozo de la amargura otras, la que me envuelves con el almíbar de la
ternura otras tantas.
Me obnubilas mis sentidos y pones en
marcha el cronómetro de pulsaciones de mi corazón. Aunque te parezca una
cursilada, me he atrevido (que osadía) a desarrollar unos malos versos que
quieren reflejar lo que siento por ti:
A
tu lado creo mi universo
Desde
el verano hasta el invierno.
Tengo
que contarte, verso a verso,
Que
eres para mi cielo e infierno.
Cuanto desearía que no me rechazaras
del todo al leer estas líneas; que me dejaras un mínimo resquicio para poder
seguir respirando junto a ti. Por eso, te ruego fervientemente que me suspendas
este curso, para poder seguir embelesándome con tu presencia el curso que
viene.
Rabo
de lagartija
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