El mundo nunca cambia, por más que
algunos lo intenten.
Hay espacios de tiempo que las aguas
bajan calmadas, y cuando todo parece que va como la seda, aparece un nublado
que todo lo revuelve, y lo que era tranquilidad se convierte en desasosiego.
Érase una vez un país, en el cual casi
todo iba bien, “casi todo”, y apareció alguien que se creía el salvador de
todos, y así lo hizo creer al pueblo, y el pueblo convencido le dio su apoyo.
Pero las promesas nunca llegaron, y lo que antes se prometió, todo se olvidó.
MORALEJA
De cuando en cuando, en el mundo
aparecen salvadores de la patria, esos que todo lo curan y, cuando toman el
mando, no hay quien les eche del asiento en cuarenta o cincuenta años, teniendo
al pueblo en la miseria y en el olvido.
Yo, sé de un pueblo que puede estar a
unos pocos minutos, que puede parecerse a ese pueblo tan remoto y tan
desdichado.
Trotamundos
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