Hay una convocatoria de huelga general femenina, para el
próximo 8 de marzo. Es más que justa.
Lleva siglos esperando. Parece fácil decirlo, pero hay que decirlo.
En primer lugar, la mujer sufre una guerra. ¿Exagerado? En los
últimos tiempos se registran más de 60.000 feminicidios cada año en el mundo. Hay que sumar cientos de
miles de mujeres heridas o que han sufrido ataques para causarles la muerte.
Hay millones de mujeres maltratadas, esclavizadas y sometidas a trata sexual
para ser subastadas y vendidas por las mafias. Podía alegarse que también hay muchísimos
hombres en esas circunstancias, y es verdad. Pero la diferencia es que las
mujeres sufren y están en constante
peligro de sufrir una violencia sistémica por el hecho de ser mujeres. Gran
parte de los feminicidios son cometidos por aquellos en quien depositaron su
confianza y en los lugares donde deberían sentirse más seguras: el propio
hogar.
La violencia contra la
mujer, con diferente intensidad según las culturas y los países, es universal y
trasversal. La jerarquía machista domina todos los poderes, salvo casos
rarísimos. No nos engañemos, a estas alturas
no es que estemos en un sistema machista, el machismo es el sistema. Y
lo dice Manuel Rivas, escritor.
Las grandes religiones, también con sus matices, desempeñan un
papel nefasto y cómplice en la sumisión de la mujer. Aunque por supuesto, las
jerarquías las excluyen, y por supuesto no pueden ser sacerdotisas, salvo con
alguna excepción en iglesias reformistas, que aquí seguimos llamando
“protestantes”. Al contrario, las mujeres sirven a los clérigos y no con poca
frecuencia son explotadas por ellos en todos los sentidos. Y si no que se lo
pregunten al Santo Oficio, que en un pasado no tan remoto, fueron miles de
mujeres torturadas y quemadas como “hechiceras”.
Las mujeres en España debiéramos estar en huelga desde el
mismo día que la
Constitución nos dio una forma para vivir en democracia. Antes ya sabemos las que
pasamos 40 años en compañía de Franco, que éramos a la fuerza, menores de edad,
dignidad y gobierno, ya que teníamos que pedir permiso a nuestros “esposos”
(¡huy! esta palabra que poco mola.), hasta para hacer pis. Perdón, ha sido un
lapsus, quería decir: no podíamos abrir una cuenta en un banco, tampoco viajar
sin permiso, y solo podíamos vivir como
la “especie protegida” (menudo eufemismo). Para
todo eso, el permiso tenía que ser concedido por el marido, que tenía la
potestad, o el padre, por ejemplo, de ponerle a trabajar a los hijos a los 11
años por la comida, cuando deberían estar en la escuela.
“Violencia de género” así lo llaman aquí. Nuestros machitos
son capaces de matar a sus mujeres
delante de sus hijos, a veces los matan a ellos también. Y como esto ya es tan
común y pasa todos los días, pues parece que no pasa nada. Sobre todo para M.
Rajoy, que no hace nada y si lo hace es tarde y mal. Para nuestro gobierno, es
un caso más. Algo que no debería pasar, pero ya está. Pasa y pasa y pasa.
Ahora aparecen todos esos niños huérfanos. Un día es una
abuela con 84 años que lleva 7 años cuidando de su nieta, pero con su pensión,
no le llega y pide al Gobierno que le ayuden. Y ocurre que esos niños
tienen derecho a una pensión por
orfandad de 300€,(o así lo he entendido yo) pero nunca se ha puesto en práctica.
¿Y cuántos huérfanos quedaron en 2017? Así que unos días después aparece una
joven tía, y cuenta que a su hermana la mató su marido hace algunos años,
que se repartieron a sus tres sobrinas: su madre acogió a la mayor y
ella y su otra hermana con las dos menores.
Por la radio alegaron lo mismo que la anciana. Necesitan ayuda, son tres
niñas que crecen comen y a las que hay que atender y que además, tienen derecho
a ese dinero, es suyo. A las preguntas,
la tía contestó que el “servicio social” nunca se puso en contacto con las
víctimas. Y yo pregunto ¿Cuánto dinero se les debe a los huérfanos en España.
Dónde está ese dinero. Qué clase de
Gobierno es este, que solo toma medidas para defender al capital? ¿Y de
otras víctimas, que no sean de aterras, qué? El mismo Gobierno alardea, “hemos salido de
la crisis”. Eso será en el PIB. Porque tenemos la brecha de la desigualdad
salarial entre géneros, entre otras, y esa brecha, ronda el 25%, podríamos
decir que las mujeres trabajan una media de 45 días gratis al año.
En Islandia en 1975 la
idea de aquella huelga fue de las feministas de Redtockings, muy criticada por
su radicalismo, (el día libre) de las mujeres, apelando a las mujeres, a las
ciudadanas de cualquier ideología y clase social. Logró un éxito arrollador. El
país se paralizó. Pero tienen la igualdad. No se pretende lo mismo aquí.
Pero claro, eso no tiene que ver con las españolas. Este año
las mujeres en huelga somos tantas y estamos tan enfadadas que nuestros más
conspicuos varones se sienten agredidos por decisiones que toman ellas, las
mujeres. Así que comenzando por el más cercano, el presidente M. Rajoy, ha considerado calificar a la huelga
General de mujeres, como “Elitista”. Y eso es distorsionar la realidad
colocando el acento en lo no importante. (Veremos cuantas ministras acuden a la
huelga). El neoliberal David Pérez, del PP. nos llamó “despechadas”, y también
aguantó nuestra huelga.
Sabiendo que es un avance democrático para la igualdad, no se
pretende que sea una amenaza contra los derechos civiles. Así qué ¿a qué viene
tanta indignación? Lo importante es que los delitos de violación y los abusos
sexuales, no queden impunes ante unos sistemas legales que no les prestan la debida atención.” Ningún hombre ha ido a la cárcel exclusivamente por la
acusación de una mujer”. Pero no se preocupen lo que está previsto incrementar
exponencialmente es el presupuesto militar…
QUIRÓN