Cada
día vemos barbaridades que nos hacen pensar que son locuras, que nos pueden
hacer mucho daño para el resto de nuestros días.
Me
dan pánico los pasos de cebra. La gente pasa sin mirar, otras cruzan corriendo
y con lo oídos tapados con los cascos.
La
mayoría de las personas no miran, no piensan que… el más débil es el cuerpo
humano. Un pequeño golpe puede causar mucho daño. Que no siempre en loos coches
se ven las cosas claras y que también hay fallos, y que hay conductores con
prisas y otros con mala “leche”. Los ciclistas son igual que los demás, hace
unas cosas bien y otras no, y si entre todos no ponemos cuidado, no se podrá ir
por las calles ni por las carreteras.
En
los pasos de cebra se hacen las cosas muy mal. El peatón dice: “que pare”, y…
¿si no para?. La señora con el carrito del niño, lo primero que hace es poner
el carrito y luego mira. El que hace footing, atraviesa sin mirar y con los
cascos en las orejas. La salida de los colegios es para tener ocho ojos, y son
pocos.
En
carretera hay gente, y digo gente, que asusta con su manera de conducir. Se
pegan a la trasera hasta que se les da paso, y van como locos, como si toda la
carretera fuera suya y sólo ellos y ellas fueran los dueños de la tierra
entera.
Hasta
que no nos rompen uno huesos, no nos damos cuenta de lo que eso nos trastorna,
si sólo se queda en eso. Seamos más prudentes y compartamos con los demás el
bienestar y la cordialidad, pues cuando hacemos un bien, nos sentimos más
personas.
Trotamundos
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