Este
país quijotesco,
lleno
de bellos rincones,
de
tenorios valentones
y
de acento pintoresco.
En
todas las artes hay
vengadores
y pastores,
que
pretenden arrastrarnos
para
lograr sus favores.
Con
palabras rebuscadas
y
recursos engañosos,
nos
demuestran quijotadas
para
ponernos nerviosos.
Y
nos quieren convencer
para
logar nuestro apoyo,
por
su ambición de crecer,
aunque
nos lleven al hoyo.
Es
penoso comprobar ¡amigo Sancho!,
la
ambición por el poder,
montar
el mejor caballo
y
las ganas de ejercer.
Y…
está Sancho cabreado,
por
conseguir una ínsula,
y
gobernalla y regirla,
igual
que si fuera suya.
Pero
esta tierra es así,
llena
de quijotes, tantos,
que
aparecen y se pierden
con
penas y sin encantos.
Trotamundos
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