sábado, 21 de abril de 2018

El descrédito de la democracia





Si no tuviéramos bastante con el tema catalán, tan controvertido como enredoso, en el que tan pronto “intuimos” que la UE comprende a los jueces españoles, como por el contrario, nos hacen ver que las leyes de nuestros socios tienen muy poco que ver con las nuestras, y eso nos obliga a pensar en  los reos encerrados en España. Puigdemón, está en la calle. Pero los que tenemos  en las nuestras… Dicen, que los independentistas no hicieron  nada tan grave, y que hay que levantar los cargos; oiga yo no entiendo nada ¿Pero esto debe de ser un varapalo para nuestra judicatura. O no?

 Eso sin contar con que a la vez de este follón, un periódico ha difundido un texto  en el que se asegura que el máster que se había sacado la presidenta de Madrid,  Cristina Cifuentes en 2012, era falso. Bueno, bueno, los medios estaban que echaban humo, y desbordados ante tanto despropósito.  Llevamos casi un mes, y Cristina no presenta papeles, pero luego los presenta la Universidad Rey Juan Carlos, al día siguiente otros  informes contradicen a Cristina y en la Universidad, una de las profesoras denuncia ante el juez que los papeles presentados son falsos. Esa no es mí firma, dice la profesora y se ha despedido de la universidad. Pero la presidenta no dimite. Aunque la conferencia de rectores de España, tiene que dar su veredicto.

Escribía lo posterior por lo estupefaciente que es para el pueblo español el sistema de gobierno que nos impone el capitalismo occidental, pero de política poco y por tanto el Gobierno Rajoy. No está y no se espera. M. Rajoy, está pero en forma de D. Tancredo.

Señorías: y me dirijo al pueblo llano como ustedes y yo. Lo que veo es que el sistema de gobierno en vigor, no puede ser una democracia limpia (tiene a todas las instituciones del Estado tan deterioradas que da vergüenza). Como  poco está desacreditada. Por eso el resto del texto nos viene al pelo para aclararnos un poco.  
 
Qué pasaría me pregunto,  si los científicos se dedicaran a desacreditar los descubrimientos que realizan otros equipos de investigación y por principio solo aceptarían los avances de la ciencia que salen de su propio laboratorio, es decir, si se comportaran como lo hacen  los políticos con la ideología, ¿no estaría la ciencia todavía en poder de la fe o incluso de la Inquisición?

Y, si los médicos en lugar de curar enfermos, se pasaran el día metiéndose zancadillas mutuamente por los pasillos del hospital y cada uno pusiera en duda la honestidad y la competencia de otros colegas, es decir, si se comportaran  como lo hacen los políticos con sus adversarios, ¿acaso no causaría terror ponerse en sus manos?

O, si los farmacéuticos proclamaran que las medicinas que expende la farmacia de la otra esquina pueden causar daños irreparables a la salud, es decir, si se comportaran como lo hacen los políticos con el programa de otros partidos, ¿quién sería el estúpido que les confiara una receta?

Entonces, si los maestros, lejos de  transmitir un conocimiento libre y sosegado, optaran por envenenar el cerebro de los alumnos con bajas pasiones, es decir, si se comportaran como lo hacen los políticos con el patriotismo, ¿no estaríamos todavía en la caverna?

 Además, si los tenderos en lugar de vender sus mercancías a un precio razonable, se pasaran el día de juzgado en juzgado de cárcel en cárcel, es decir, si se comportaran como lo hacen los políticos con la corrupción, ¿no sería el comercio lo más parecido a una escuela de malhechores?

Si un empresario  se viera obligado a aceptar a un ejecutivo cuyo talento fuera similar al de la mayoría  de nuestros políticos, ¿no estaría temblando ante la posible quiebra de su negocio? Por fortuna este es todavía un país habitable  gracias a que los científicos, médicos, maestros, empresarios  y tenderos, no se comportan como los políticos.

Solo he nombrado a cinco grupos de especialistas  y acreditarlos para comprobar “El Descredito”, cierto que los políticos con sus acciones e inhibiciones, tienen a España convertida en un gran erial. Y ellos mientras tanto jugando a ver quién lo hace peor y queda más desacreditado.        


Quirón                                              

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