En
la plaza de Las Cortes
hay
una estatua en el centro,
que
mira para Neptuno
y
no mira al Parlamento.
No
sé quien la colocó
ni
tampoco la razón,
acaso
fue intencionado
o
fue con otra misión.
Porque
con todo respeto
hoy
nos da mucho que hablar,
la
falta de gallardía
y
la poca humanidad.
Más
parece una “corrala”
que
un lugar de señorías,
donde
se escuchan sandeces
y
bravatas y porfías.
Hay
quien pierde los papeles
al
pretender la razón,
y
convierte al Parlamento
en
lugar sin corazón.
Hasta
se permiten chistes
y palabras
miserables,
algunas personas
simples
por no decir
detestables.
Es por eso que
Cervantes
esté mirando a
Neptuno,
por bajar del
pedestal
y reñir a más de
uno.
No quiero reñir a
nadie
por su papel en
concreto,
pero también los
votantes
merecemos un
respeto.
Trotamundos
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