Cada
año llega el otoño,
la edad nos
lo confirma,
mas cada
otoño es distinto,
y el
paisaje lo reafirma.
Sentado
junto al cerezo,
me van
cayendo las hojas,
unas son
casi amarillas,
otras son
algo más rojas.
A lo lejos
hay mil tonos,
entre los
verdes pinares,
los chopos
amarillentos,
forman
corros a millares.
En los
picos de la sierra,
llegan los
primeros copos,
luego los
cubre la niebla,
y nos tapan
unos pocos.
Más abajo
los olivos,
forman sus
corros verdosos,
mezclados
con ocres fuertes,
allá por
los berrecosos.
Quedan loos
castaños limpios,
las
higueras y perales,
las cepas
ya desplumadas,
y muy
tristes los rosales.
Pero el
otoño es así,
lleno de
tantos colores,
las tierras
esperan lluvias,
para
empezar las labores.
Trotamundos
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