sábado, 20 de octubre de 2018

Un sistema caníbal





El canibalismo era una antigua práctica gastronómica que consistía en comerse los humanos unos a otros, mediante sacrificios rituales o simplemente por hambre. Aunque está asociado a algunas tribus de cazadores de cabezas que devoraban el cerebro del enemigo para adquirir fuerza, el canibalismo  hoy sigue vigente bajo la especie informática  a través de las cuatro o cinco redes sociales, en una de esas sopas que tanto le gustan a Drácula.

Hubo un tiempo en que unos gigantes de  la filosofía  y de la ciencia, Pitágoras, Sócrates, Copérnico, Galileo, Newton, Einstein y Hawkins, nos hicieron creer que el conocimiento sin límites depararía  el progreso, la libertad y la independencia a la humanidad.

 Ese sueño se ha desvanecido. Puede que usted se crea libre e independiente, pero no es más que un ingrediente nutritivo, atiborrado de publicidad e información toxica, dispuesta para el festín de los nuevos antropófagos del sistema, quienes por medio de los dispositivos big data, de los blockchains, de las múltiples aplicaciones de la inteligencia artificial controlan todos los movimientos, hábitos y tendencias de nuestra vida.

Somos como nos quiere el poder: consumidores autómatas, controlados, alegres y desarmados. El conde Drácula ha adquirido una forma digital. Hoy todo el mundo va con el móvil en la oreja, pegado a la yugular, sin saber que es el lugar más propicio para que el vampiro ponga a trabajar sus colmillos.

Pero al final del banquete, ¿dónde depositará los cráneos y las carcasas vacías cuando el conde Drácula nos haya chupado la sangre? En el móvil tiene que haber una aplicación.

Pulse infierno.    


QUIRÓN  

No hay comentarios:

Publicar un comentario