domingo, 7 de octubre de 2018

Nunca juegues con ardillas






La imagen es preciosa, preciosa. Imagínense lo que yo estoy viendo boquiabierta: dos páginas con el blanco esplendoroso de la nieve. Mucha nieve, en la pagina izquierda, se ve un pajarillo multicolor con una nuez en el pico, que aletea como burlándose de la ardilla, que sentada sobre la nieve con una bola de nieve entre  sus manos mira al pájaro. La fotografía, ella, por si sola es una maravilla. Pero viene acompañada de un pequeño relato de los hechos.

En Rostov, Rusia, un día cualquiera suceden cosas como esta: un pajarillo le acaba de birlar  a una ardilla la nuez que llevaba escondida en la bola de nieve, dejando al roedor con una mirada que parece pedir revancha. Pero claro, hay más dimensiones en la imagen. La primera, y quizá más grave, es la intervención humana. La escena comenzó poco antes, cuando Vadin Trunov, autor del disparo, decidió  jugar con las ardillas, escondiendo frutos en las bolas de nieve. Luego llegó el pajarillo, como la Blitzkriez, y dejó a la ardilla con ganas de bronca. Quién sabe, quizá el ruso haya desencadenado sin quererlo una guerra entre especie. Que sirva a los que mandan como metáfora.

Vadin  Trunov, ha hecho para mí, una fotografía genial. Lástima, no la podéis gozar.

QUIRÓN





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