La imagen es preciosa, preciosa. Imagínense lo que yo estoy viendo
boquiabierta: dos páginas con el blanco esplendoroso de la nieve. Mucha nieve,
en la pagina izquierda, se ve un pajarillo multicolor con una nuez en el pico,
que aletea como burlándose de la ardilla, que sentada sobre la nieve con una
bola de nieve entre sus manos mira al
pájaro. La fotografía, ella, por si sola es una maravilla. Pero viene
acompañada de un pequeño relato de los hechos.
En Rostov, Rusia, un día cualquiera suceden cosas como esta: un
pajarillo le acaba de birlar a una
ardilla la nuez que llevaba escondida en la bola de nieve, dejando al roedor
con una mirada que parece pedir revancha. Pero claro, hay más dimensiones en la
imagen. La primera, y quizá más grave, es la intervención humana. La escena
comenzó poco antes, cuando Vadin Trunov, autor del disparo, decidió jugar con las ardillas, escondiendo frutos en
las bolas de nieve. Luego llegó el pajarillo, como la Blitzkriez ,
y dejó a la ardilla con ganas de bronca. Quién sabe, quizá el ruso haya
desencadenado sin quererlo una guerra entre especie. Que sirva a los que mandan como metáfora.
Vadin Trunov, ha hecho para mí,
una fotografía genial. Lástima, no la podéis gozar.
QUIRÓN
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