Cuando la mente no va acorde con el cuerpo.
El cuerpo no tiene energía para moverse, en cambio la
mente va más allá de lo imaginable. O en cambio la mente está perezosa y no
deja que el cuerpo se mueva.
Tienes pereza hasta para quitarte el pijama, con lo
cual decides estar todo el día con él puesto.
Sin lavarte, sin peinarte, hasta que se te olvida cuántas
horas llevas con el pijama puesto.
Cuando el ánimo desaparece y te abandona. ¿Qué haces
con el cuerpo?
Cuando la mente te juega malas pasadas y no comprendes
lo que te pasa, sólo sientes que quieres estar sola, sin ver a nadie y sin que
nadie te vea, porque estás sin peinar, pero es como más a gusto estás. Cuando
la gente más cercana a ti, debería hacer que te sientas mejor y por el
contrario te ignora, porque creen que ya se te pasará. Y cuando te dicen algo, sueltas un bufido
porque no quieres que nadie te mire ni te vea y menos que te dirijan la palabra
porque eso supone el esfuerzo de contestar, aunque después de un tiempo ya ni contesto.
Cuando pones la radio a todas horas para no escuchar
las voces de tu cabeza que no te dejan estar tranquila. Lo que cuenta la radio
no te interesa en absoluto pero hace que lleves la mañana más fácil pues dejas
de pensar en tantas tonterías. Los pensamientos inútiles hacen que estés
cansada físicamente.
Todo esto es más duro cuando has sido una persona
optimista, alegre, sonriente y te ves en el espejo y no pareces tú. No puedes
parar de pensar en lo que te está pasando y cómo has cambiado.
Cuando salir a la calle simplemente te hacía feliz,
ahora pasan los días y no sales y si tienes que salir a algo, vas mirando al
suelo y rápidamente para volver a tu refugio y no ver a nadie y por supuesto
que nadie te vea con esa cara.
Quieres que todo vuelva a ser como antes, pero sabes
claramente que nada podrá volver a ser como antes porque tú has cambiado.
Es otra etapa de la vida, pero mucho más difícil de
superar.
Cuando ves el sol a través de la ventana y recuerdas
lo que el sol significaba para ti antes de todo este proceso que está acabando
contigo.
El sol era la alegría y entrar por la ventana te hacía
bailar, ahora estás cabizbaja y ni siquiera lo aprecias, pero te trae buenos
recuerdos.
Clave de Sol
No hay comentarios:
Publicar un comentario