Nací en un
pueblo pequeño
de la Comunidad de Madrid,
en una casa
muy humilde,
donde siempre
fui feliz,
a pesar de los
problemas
que a todos
nos tocó vivir.
Quiero decir
que Extremera
Era todo para
mí.
El pueblo
donde crecí
y aprendí a
vivir,
con mis penas y alegrías,
pero siempre estaba allí.
Así pasaron los años,
y empecé a comprender
que el mundo no es malo ni bueno,
sólo como lo quieras hacer.
Hoy tengo tantos recuerdos
vividos en mi niñez,
que me alimento de ellos
y sueño que van a volver.
Siento nostalgia del pueblo
y las enseñanzas que aprendí,
de gente muy valiosa,
que me hicieron ser así.
Empezando por mis padres,
que me enseñaron a ver
que, aún teniendo ideas distintas.
Nos podemos comprender.
Y así he seguido en mi vida,
procurando entender
que respetando al de al lado,
te respetas tú también.
Es la mejor herencia
que los míos me dejaron,
saber estar en la vida,
aprendiendo del pasado,
y viendo lo positivo
que aún me quede por vivir,
añorando a Extemera,
el pueblo donde nací.
Blanca
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