sábado, 17 de enero de 2015

Un roquero del violín





         En estas fiestas he tenido la gran suerte de ver un maravilloso espectáculo. Ara Malikian tocando el violín, acompañado de Ángel Corella con su grupo de ballet.

         Aras Malikian es un virtuoso del violín, con una apariencia de roquero que desconcierta. El pelo largo, rizado a lo afro, vestido de manera desenfadada e informal. Pero tocando el violín, es único. Toca con tal maestría que, cuando ejecuta esos magistrales solos, hace vibrar las cuerdas de la sensibilidad.

         Tres parejas de baile amenizaron el concierto. Música de Tchaikovsky la primera parte, que resultó de gran belleza. Pero en la segunda, en mi opinión, se superaron. El violinista utilizó su saber, entusiasmando al público como él sabe. Dando saltos como los roqueros y haciendo pasos de A C D C.

         El público puesto en pie, no dejaba de repetir ¡bravo!, ¡bravo!

         A este gran artista le vi por primera vez en Alcorcón, en el Buero Vallejo, junto al grupo ILLANA, y ya me encantó. Así que cuando supe que venía al Teatro del Canal, no he querido perdérmelo.

         Momentos como éste, hacen que los problemas de la vida se te olviden por unos instantes, y disfrutes de algo tan maravilloso como es la música. Al menos para mí, que soy una entusiasta de este bello arte. ¡Viva la música!


                   Dulce néctar son tus bellos sonidos
                que alimentan mi alma al escucharte.
                Cual si fueras apasionado amante,
                acaricias y besas mis oídos
                y deleitas suavemente mis sentidos,
                linda diosa princesa de las artes.
                           
                   Si te escucho y mis ojos cierro,
                tus acordes me elevan a las nubes
                y disfruto unos minutos en el cielo
                y regreso cargada de energía.
                Es por eso que te oigo día a día.

                   Eres musa de los enamorados,
                eres fuente de miles de poetas,
                la libertad del encarcelado,
                la compañía de soledades muertas.

                   Tu idioma universal todos lo entienden.
                Quien no te puede oír, ¡cuánto se pierde!

Luna

No hay comentarios:

Publicar un comentario