En
estas fiestas he tenido la gran suerte de ver un maravilloso espectáculo. Ara
Malikian tocando el violín, acompañado de Ángel Corella con su grupo de ballet.
Aras
Malikian es un virtuoso del violín, con una apariencia de roquero que
desconcierta. El pelo largo, rizado a lo afro, vestido de manera desenfadada e
informal. Pero tocando el violín, es único. Toca con tal maestría que, cuando
ejecuta esos magistrales solos, hace vibrar las cuerdas de la sensibilidad.
Tres
parejas de baile amenizaron el concierto. Música de Tchaikovsky la primera
parte, que resultó de gran belleza. Pero en la segunda, en mi opinión, se
superaron. El violinista utilizó su saber, entusiasmando al público como él
sabe. Dando saltos como los roqueros y haciendo pasos de A C D C.
El
público puesto en pie, no dejaba de repetir ¡bravo!, ¡bravo!
A
este gran artista le vi por primera vez en Alcorcón, en el Buero Vallejo, junto
al grupo ILLANA, y ya me encantó. Así que cuando supe que venía al Teatro del
Canal, no he querido perdérmelo.
Momentos
como éste, hacen que los problemas de la vida se te olviden por unos instantes,
y disfrutes de algo tan maravilloso como es la música. Al menos para mí, que
soy una entusiasta de este bello arte. ¡Viva la música!
Dulce
néctar son tus bellos sonidos
que
alimentan mi alma al escucharte.
Cual
si fueras apasionado amante,
acaricias
y besas mis oídos
y
deleitas suavemente mis sentidos,
linda
diosa princesa de las artes.
Si
te escucho y mis ojos cierro,
tus
acordes me elevan a las nubes
y
disfruto unos minutos en el cielo
y
regreso cargada de energía.
Es
por eso que te oigo día a día.
Eres
musa de los enamorados,
eres
fuente de miles de poetas,
la
libertad del encarcelado,
la compañía de soledades
muertas.
Tu
idioma universal todos lo entienden.
Quien
no te puede oír, ¡cuánto se pierde!
Luna
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