Me estoy planteando ir al psicólogo. Tengo una
confusión en mi cabeza, respecto a los programas televisivos que nos echan
últimamente. Hay programación educativa, informativa, de entretenimiento,
concursos, debates culturales, políticos y sociales. Y también lo otro. Eso que
llaman reality, donde meten a una serie de personas encerradas en una casa, a
ver que pasa.
Tengo que decir, que cuando son
personas anónimas, me engancho porque me gusta
observar y analizar las reacciones humanas en momentos extremos. Valoras
reacciones, las comparas con lo que tú crees que harías y, unas te gustan y
otras no. Acabas tomando partido por los que más se asemejan a ti, los más
débiles o a los valores que más se acomodan a tu filosofía de vida. Pero lo que
no aguanto es la versión VIP del programa.
La traducción al español de las
siglas VIP, corresponde a Personas Muy Importantes. Y ¿a quién meten? La
mayoría están por ser “el o la de”. El hijo de, la ex de, la novia del hijo de
la mujer de, La hija del trabajador de. Muy pocos están por ellos mismos y,
tampoco alcanzan el grado VIP. Cantantes venidos a menos, echadores de cartas
desconocidos. Varios han participado en diversos concursos, donde se han dado a
conocer, bien como concursantes o como tertulianos. Alguno tiene una profesión
específica reconocida, pero se han dado a conocer por aparecer en televisión
por algún escándalo amoroso, etc. Yo la llamo la versión VIF (frikis).
Bien. Han entrado en la casa. La
mayoría dice que han entrado por la experiencia y la convivencia. ¿Convivencia?
Le han dado a cada uno un arma cargada de antipatía, desconsideración,
prejuicios, homofobias, machismo, racismo, clasismo y deseos de ganar sea como
sea. Se olvidaron de darles el escudo de la comprensión, la bondad, el
humanitarismo y, sobre todo, la educación y el respeto. Es la ley de la jungla.
Sobrevive el más fuerte.
A veces, apago la televisión y me
pongo a leer un buen libro o a escribir lo que siento en ese momento, aunque
sean tonterías que a nadie le va a interesar. Pero me descarga la tensión
acumulada y me sirve para reafirmar mis principios, a la vez que me relaja
hasta el próximo día que me enganche otra vez al programa.
Rabo
de lagartija
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