Es posible que en la vida todo ser viviente
busque, desee y espere la felicidad, esa palabra abstracta que tanto se pregona
y tan poco consigue, ya sea por nosotros mismos, o porque el mundo lo han hecho
así.
Honestidad
tiene una gran relación con la felicidad. Si se es honesto, puede que eso te
ayude a ser feliz. La lluvia, en ocasiones, nos da la felicidad y en otras nos
lleva a la rebeldía, si por un casual nos conduce a buscar un puente para
cruzar el caudal que dicha lluvia ha provocado y que, si tenemos suerte de
encontrar dicho puente, nos llene de felicidad cuando logremos nuestro deseo. Y
hay que tener honestidad para reconocer que las cosas no están hechas por que
sí. Están hechas por y para el bien de todos. Unos con más y otros con menos
suerte, pero lo importante es que seamos honestos y la rebeldía la usemos en
los momento oportunos y, que además, sea en bien de muchos, no para el capricho
de uno mismo o de unos pocos, pues el mundo no es de nadie y es de todos,
aunque en la vida real tengamos que aceptar cosas que no nos gusten nada, pero
que eso ocurre en todos los niveles y en todos los lugares donde se cuecen
habas.
Trotamundos
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