sábado, 24 de enero de 2015

Las huellas psicológicas que deja la crisis






Me refiero, en este caso, a cómo les ha  afectado la crisis económica a los parados. Todos conocemos a alguno y todos percibimos que ya no es la persona abierta y amigable que era, cuando fue despedida de su trabajo, sobre todo si no ha vuelto a conseguirlo. Se les ve menos, están más huidizos, más cabizbajos. Ese es un efecto pernicioso para ellos, porque quieren pasar desapercibidos ante los demás, se sienten mal si sus vecinos o amigos les preguntan ¿Qué tal fulanita? ¿Has encontrado ya algo? Ella, haciendo un esfuerzo, niega con la cabeza y musita no, todavía no. - Bueno mujer no desfallezcas, ya sabes lo mal que está el trabajo. - Y sigue su camino.

Ante el temor,  hay días que no sale de casa. Otros días se niega a sucumbir y toma la decisión de buscar y preguntar por todas partes, pero todo son negativas o evasivas en los últimos 5 años. Y lo que ella sabe, es que ya no vale, lo que siente  es que ya no es nada, que ha tenido que dejar su casa y su vida y refugiarse en casa de su madre, y no le queda más que el Psiquiatra y las pastillas, y eso no alivia su pesar.

El especialista psicólogo, con palabras más técnicas termina diciendo: “ante la tesitura a la que se enfrentan los parados de larga  duración en nuestro país, son pocos los que consiguen levantar cabeza y salir airosos, recuperando la confianza en sí mismos”.

Yo también veo todas esas calamidades en los jóvenes. También a ellos les han truncado el porvenir por la mitad y muchos no terminan bien, pero otros rompen las cadenas que les amarran y tratan de rebelarse en contra de un Estado que les ha abandonado y maltratado. Unos emigran, se van fuera a buscarse los garbanzos, otros se afilian a esos nuevos y jóvenes partidos que abominan de las “Castas”, que nos han conducido a la ruina, y  que ofrecen a nuestros jóvenes otras formas de gobierno, aunque por ello, les hayan insultado, (etarras, bolivarianos y demás lindezas) aquí no se puede disentir.

Pero los parados de 45 a 65 años, que llevan 5 o 10 años, se van convirtiendo en carne de Psiquiatra. La mayoría según los especialistas “son incapaces de reaccionar” y se van  volviendo poco a poco en una especie de zombis  sin rumbo, siempre a solas con su pesada mismidad a cuestas.

¿Por qué se aguantan? ellos no han hecho nada malo. Vamos, desechar ese peso, juntaros, uniros para juntos gritar, pedir ayuda, no dejaros morir en vida, no estáis enfermos, ni solos, dejaros ver todos juntos en unión, alargar la mano, la mía ya la tenéis y seguro que seremos multitud. Tenéis que levantar la cabeza con gallardía, porque valéis más que cualquiera de esos que presumen mintiendo “hemos salido de la crisis”, cuando ellos son los culpables de ella.

El mejor ejemplo a seguir: el  día 10 de enero, los  enfermos de hepatitis c, de los que se mueren una media de 12 al día, (dijeron los enfermos) se dieron la mano para llegar a la Moncloa donde, el don Tancredo que vive allí, les aseguró que “todos tendrían la medicina que necesiten para salvar la vida”.   Claro que añadió que se tienen que reunir los “Expertos”. ¿Qué Expertos? ¿Sus consejeros? Pero si aquí los expertos son los médicos.
 
Si ha sido el gobierno el que ha roto el Contrato Social del Bienestar, dejando fuera a la sociedad española, lo lógico es que la sociedad española perjudicada  tenga el derecho de protestar, de revelarse contra la injusticia que se comete con ellos. Por muchas “leyes Mordaza” que el gobierno haya hecho para  protegerse de la sociedad, está tiene el derecho  a defenderse de las injusticias que se cometen en su contra en nombre del Estado.   
QUIRÓN 






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