Otro invierno crudo y frío,
el
viento hiela las manos,
el
sol se asoma indeciso,
los
valles visten de blanco.
Nevadas
están las cumbres,
la
nieve pinta sus campos,
bella
estampa para el ojo,
si
la ves desde el resguardo.
Las
escarchas de la noche
cubren
de hielo los charcos,
es
tiempo desapacible
para
el pobre sin tejado.
Mal
repartido está el mundo,
¿quién
hizo tan mal reparto?
El
pobre, cada vez más pobre,
el
rico dobla sus cuartos.
Unos
viven en mansiones,
de
terciopelo sus mantos.
Otros
no tienen cobijo
y
se refugian al raso,
colchones
de cartón usan
para
sentirse abrigados.
Los
hay que comen langosta,
y
otros no prueban bocado.
Hay
quien esquía en las cumbres
con
sus equipos bien fashion,
y
otros se mojan los pies,
porque
no tienen zapatos.
Desigualdad
altanera,
que
hiere y pasa de largo.
La
injusticia en este mundo
tiene
los cabellos blancos.
Misericordia
gloriosa,
de
misa, libro y rosario.
Le
doy limosna a los pobres
y
así la conciencia callo.
No
repartamos migajas
que
sobran de nuestros platos.
Consigamos
la igualdad,
aunque
nos cueste un milagro.
Luna
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