Hoy me siento melancólica y quiero expresar
lo que llevo por dentro. Es una mezcla de tantas cosas, que no sé cómo
definirlo. Es un malestar interior por no ver la vida como tú crees que debería
ser. Ya sabemos que en el mundo hay muchas injusticias a nivel general, que
hacen daño a mucha gente y todo ello consentido por el gobierno de turno, que
está en cada momento. Pero, reflexionando despacio, muchas veces no me siento
capaz para juzgar a nadie. Porque hay injusticias a nivel de calle, que es
donde nos desenvolvemos la gran mayoría de la gente, y no intentamos
corregirlas. Es muy fácil decir que nosotros no podemos hacer nada. Con eso nos
damos por satisfechos, cuando, si fuéramos más sinceros, veríamos que con un
pequeño esfuerzo por nuestra parte, todo sería distinto.
Las casas no se empiezan nunca por el
tejado, es decir por arriba. Pues de igual manera, el mundo podríamos mejorarlo
empezando por nosotros mismos, sin echarnos zancadillas, sin soberbias que no
sirven para nada, sólo para hacer daño al otro, siendo de verdad más
comprensivo con el que tiene ciertos defectos, y no queriendo ser el agua y la sal en todos los sitios donde estés.
Parece que esto que digo poco tiene que ver
con injusticias. Pero creo que yendo por este camino, además de hacerte bien a
ti mismo, te sientes con más derechos para pedir cuentas a los de arriba, y a
exigirles que pongan todo su empeño en ayudar a la gente, sobre todo a los más
débiles. Se puede ayudar de tantas formas. Hoy mismo he tenido ocasión de hacerlo,
por razones que no voy a referir. He podido hacer algo por alguien que lo necesitaba, y no ha sido con dinero,
no siempre es necesario lo material. A veces es querer hacer un pequeño
esfuerzo. Creo que los seres humanos tenemos tanto potencial, que a poco que
pongamos empeño en cultivarlo, tendríamos fortaleza para salvar cualquier
obstáculo que tengamos en nuestro camino. Así lo siento yo, lo cual no quiere
decir que esto sea lo correcto.
Blanca
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