martes, 28 de octubre de 2014

Al pie de la noticia




       

        Escuchaba los sonidos de la noche mientras me fumaba un cigarrillo. El día había sido largo e intenso. Hacer guardia en la puerta del hospital Carlos III de Madrid era tedioso. Para conseguir una mala foto de alguien entrando en el mismo o un “no hay nuevas noticias” echabas más horas que persiguiendo a políticos corruptos.

        La alarma social había saltado. La terrible enfermedad  africana del virus del Ébola había dado el primer chispazo en España. Un posible error de una auxiliar de enfermería, según las fuentes del Gobierno, había originado el caos en la sociedad y en los medios de comunicación. La crisis económica que afecta al ciudadano de a pie, había pasado a segundo o tercer plano. Las utopías independentistas de Cataluña, quedaban en una mera anécdota. La avanzada del estado islámico y sus brutalidades con los prisioneros occidentales y los pueblos que no admitían su tiranismo, simplemente un dolor de cabeza. La única noticia que le hace un mínimo de sombra son las tarjetas opacas de Caja Madrid.

        Menos mal que en estos últimos días, a pesar de sustos de viajeros africanos en vuelos que aterrizan en España, cooperantes que regresan del infierno africano y otras personas que han  tenido un posible contacto con  Teresa, las noticias puramente médicas nos dan un respiro. Según he podido comprobar, hay personas que  no duermen pensando en que han pasado cerca de la peluquería, otras que han estado en la consulta del médico de familia que la atendió. Hasta algunos padres que, en su miedo al contagio, han ejercido presiones al colegio de sus hijos para que no permitan la asistencia de una niña, hija de alguna persona que está en cuarentena. Llamadas de los pueblos a personas que viven en la misma localidad de la Auxiliar de Enfermería, pidiéndoles que no se les ocurriera ir al pueblo. Comentarios entre conocidas poniéndose en lo peor.

        El Gobierno anda preocupado por las próximas elecciones, por la modificación de la Ley Electoral, por lo que les pueda salpicar de todas las tramas de corrupción que señalan a personas de su partido. Lo que demora es la información al ciudadano de las causas y modos de contagio de este virus, de los plazos precisos para que no te puedas ya contagiar. Ha sido efectivo para evitar más contagios, muerto el perro, se acabó la rabia. La verdadera preocupación debe ser la evolución de Teresa, que ha superado la enfermedad, y de las otras quince personas “asintomáticas” que ya están saliendo contentos por no estar infectados y preguntándose como podrán lavar su mancha, por haber estado hospitalizados, en su futuro. Si las aceptará la sociedad en sus trabajos y rutinas como antes del suceso.

        Informando desde el punto neurálgico de la noticia.


Rabo de lagartija

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