sábado, 25 de octubre de 2014

El vuelo del fénix




          El niño corría por el largo pasillo del parque tirando de su cordelito. No conseguía que su cometa remontara el vuelo. La ausencia de aire no ayudaba a elevar las alas del figurado pájaro hacia el cielo. Estaba cansado. Llevaba un buen rato intentándolo y sólo había conseguido que se achatara el pico del ave con sus aterrizajes forzosos. Se sentó en el banco donde su madre charlaba con otras mamás.

            En el colegio le habían castigado por su falta de atención en la clase. No conseguía centrarse en los estudios. Su mente se dispersaba sin darse cuenta, recreando sueños infantiles de aventuras mágicas. Era un piloto de avión famoso que había salvado a muchas personas con sus rescates extremos en situaciones imposibles.

            Notó que algunas hojas de los árboles empezaban a moverse impulsadas por una incipiente brisa. Contento, preparó cuidadosamente  su artilugio. Enrolló parte del cordel para empezar a tirar en corto. Posó suavemente la cometa en el suelo como avión en pista de despegue. Se concentró, calentó motores y cuando estuvo preparado, comenzó con un trote sosegado que poco a poco fue alcanzando velocidad. Echó un fugaz vistazo hacia atrás y contempló cómo el pájaro cobraba vida y pareciera que movía sus alas intentando el ascenso. Trotó y cabalgó, a la par que iba soltando hilo para que pudiera ascender lo máximo posible, hasta que se paró y empezó a remover el cordaje ya que la cometa había encontrado una buena corriente de aire que la mantenía elevada.

            En el último examen se esforzó por concentrarse y logró contestar a casi todas las preguntas. En casa le habían amenazado con recortar sus horas de juego si no se esforzaba en el colegio. Tenía que sujetar sus fantasías para las horas de recreo.

            Duró bastante la pelea de la cometa por mantenerse en vuelo. Luego, cambió el aire y aflojó la tensión de la cuerda. Empezó a correr para tratar de mantener su ave en vuelo, pero al final se desplomó sin fuerzas y, tuvo la mala suerte de caer en medio de la fuente central del parque. Corrió a rescatarla, pero antes de llegar al borde de la misma contempló cómo un precioso pájaro, extendiendo sus fuertes alas e imprimiendo un movimiento enérgico pero elegante, alcanzaba las copas de los árboles y se perdía en la lejanía con su vuelo majestuoso. Cuando llegó a la fuente, solamente encontró el final del hilo de su cometa. El papel con forma de pájaro había desaparecido.

            Esa noche le costó dormirse, dándole vueltas a la desaparición de su cometa y al bonito pájaro que voló hacia el cielo. Por la mañana, cuando se despertó, pensó que poniendo esfuerzo en las cosas, podía conseguir realizar sus sueños, y que para ello, tenía que poner empeño en aprender y estudiar para conseguirlo. A partir de ese día, como el ave que renació de su cometa, empezó a forjar su futuro.


Rabo de lagartija

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