El niño corría por el largo pasillo del parque
tirando de su cordelito. No conseguía que su cometa remontara el vuelo. La
ausencia de aire no ayudaba a elevar las alas del figurado pájaro hacia el
cielo. Estaba cansado. Llevaba un buen rato intentándolo y sólo había
conseguido que se achatara el pico del ave con sus aterrizajes forzosos. Se
sentó en el banco donde su madre charlaba con otras mamás.
En
el colegio le habían castigado por su falta de atención en la clase. No
conseguía centrarse en los estudios. Su mente se dispersaba sin darse cuenta,
recreando sueños infantiles de aventuras mágicas. Era un piloto de avión famoso
que había salvado a muchas personas con sus rescates extremos en situaciones
imposibles.
Notó
que algunas hojas de los árboles empezaban a moverse impulsadas por una
incipiente brisa. Contento, preparó cuidadosamente su artilugio. Enrolló parte del cordel para
empezar a tirar en corto. Posó suavemente la cometa en el suelo como avión en
pista de despegue. Se concentró, calentó motores y cuando estuvo preparado,
comenzó con un trote sosegado que poco a poco fue alcanzando velocidad. Echó un
fugaz vistazo hacia atrás y contempló cómo el pájaro cobraba vida y pareciera
que movía sus alas intentando el ascenso. Trotó y cabalgó, a la par que iba
soltando hilo para que pudiera ascender lo máximo posible, hasta que se paró y
empezó a remover el cordaje ya que la cometa había encontrado una buena
corriente de aire que la mantenía elevada.
En
el último examen se esforzó por concentrarse y logró contestar a casi todas las
preguntas. En casa le habían amenazado con recortar sus horas de juego si no se
esforzaba en el colegio. Tenía que sujetar sus fantasías para las horas de
recreo.
Duró
bastante la pelea de la cometa por mantenerse en vuelo. Luego, cambió el aire y
aflojó la tensión de la cuerda. Empezó a correr para tratar de mantener su ave
en vuelo, pero al final se desplomó sin fuerzas y, tuvo la mala suerte de caer
en medio de la fuente central del parque. Corrió a rescatarla, pero antes de
llegar al borde de la misma contempló cómo un precioso pájaro, extendiendo sus
fuertes alas e imprimiendo un movimiento enérgico pero elegante, alcanzaba las
copas de los árboles y se perdía en la lejanía con su vuelo majestuoso. Cuando
llegó a la fuente, solamente encontró el final del hilo de su cometa. El papel
con forma de pájaro había desaparecido.
Esa
noche le costó dormirse, dándole vueltas a la desaparición de su cometa y al
bonito pájaro que voló hacia el cielo. Por la mañana, cuando se despertó, pensó
que poniendo esfuerzo en las cosas, podía conseguir realizar sus sueños, y que
para ello, tenía que poner empeño en aprender y estudiar para conseguirlo. A
partir de ese día, como el ave que renació de su cometa, empezó a forjar su
futuro.
Rabo de lagartija
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