domingo, 8 de mayo de 2016

M. Rivas - Espinas y golondrinas (EL PAIS 27-3-2016)





Las autenticas procesiones de Semana Santa de este año
 son las de los refugiados que llegan a Europa.
¿Cómo se trataría hoy la muerte de Cristo en las redes sociales?
¿Cuánto tiempo seria trending topic? Es posible que mucha gente
 de vacaciones en Semana Santa, ni se enterase.
Supongo que habría un montón de curiosos haciéndose selfies con el fondo del crucificado.
Pidiéndole  una última sonrisa: “¡No te lo tomes a la tremenda, Inri!”.
 Imagino al que dirigió el flagelo y la coronación con varas trenzadas de espinas
explicando a cámara que no se trataba propiamente
de una tortura, sino de mantener una tradición.
Recuerdo unas declaraciones de un exjefe de la PIDE, la policía política
de la dictadura portuguesa, en las que negaba que se torturase a los prisioneros:
“Se trata sencillamente  de causarles cierta incomodidad”
-¡Pero este eccehomo está chorreando sangre por la cabeza!
-nada hombre. Un poco de incomodidad.
Y seguramente Poncio Pilatos, después de hacerse rogar,
comparecería al fin en pantalla de plasma para lavarse ante la audiencia:
“Aquí que cada vela aguante su palo y a ver qué futuro le dejamos a nuestros antepasados”
No faltaría la avalancha de Haters (odiadores) con su particular
 Shitstorm(tormenta de mierda), humillando a la victima
Y jaleando a los opresores:”Houdini ya se hubiera fugado”
“El Rey de Reyes era un perroflauta”, “Baja de la cruz, Mesías”,
Que ya se han pasado los quince minutos de posteridad”,
“¡El muchacho de Nazaret consiguió ser Dios en prime time!”
 Debe de ser el oficio de escritor, esa disposición al enigma, que
siempre tuve dificultades para saber de qué lado estaba
 en la frontera de la ficción y la realidad.
Por eso de niño evitaba las procesiones de Semana Santa.
Tiraba o me soltaba de la mano de la madre y escapaba  cuando aparecían
 las formaciones de encapuchados morados,
el redoble intimidante de los tambores,
los guardias escoltando al Cristo.
Borges se horrorizó con razón ante un estúpido soneto antisemita de Góngora
En el que se burlaba de un auto de fe, en Granada,
Que se limitaba a un solo quemado vivo: “Cinco en estatua/ solo uno en persona…”.
¡Pobre cartel, pobre espectáculo!
Para mí, en la infancia y más tarde, aquel ritual de Semana Santa,
 Aquella forma de exhibir el crucificado, representaba,
sin más retoricas, el triunfo del miedo.
En tiempos, asistí  a los oficios, a los pasos del Calvario, y lo que me
 quedó de todo ese relato fue aquella interpelación tremenda del chico
arameo: “eloi, eloi, lamá sabactani”(Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?).
podría decir que soy atea. Eso respondí muy segura a unos amigos en Belfast,
hasta que hicieron tambalear con la respuesta:
“si pero ¿eres ateo católico  o ateo protestante”.
Sea lo que sea, Cristo situó la igualdad en el núcleo y la creación,
y ya no hay quien la arranque de ahí ni con la bomba de hidrogeno.
Y su revolución transformó también para siempre el relato literario.
En la antigüedad estaba muy diferenciado el estilo sublime
 (sermo sublimis) y el popular(sermo Humilis).
El relato de la pasión de Cristo revienta esa convención.
Escribe Erich Auerbach en su genial Mimesis: “Que el Rey de Reyes
hubiera sido escarnecido, escupido, azotado y clavado en la cruz
como un vulgar criminal, está narración aniquiló por completo,
al penetrar a fondo en la conciencia de los hombres,
la estética de la separación  de estilos.
Las más autenticas procesiones de Semana Santa de este año
Son los refugiados por las fronteras de espinas envueltas en brumas de Europa.
Desde que falleció ahogado Ailan Kurdi,
 han muerto más de quinientos niños en ese éxodo.
Se calcula que más de diez mil niñas y niños han desaparecido.
Lo más probable, secuestrados y sometidos a tratos que harían
Saltar las entrañas de un Smartphone de última generación.
Son nuestros eccehomos y eccehomas, y lo mismo ha ocurrido,
y  está ocurriendo, con un gran número de mujeres.
No sé si Dios es, pero si es, es pequeño y mujer.
Y desde luego lleva una corona de espinas.
 Flagelados y con espinas salieron cientos de miles
de personas exiliadas de España en 1939. Y una gran parte
fue salvada en una operación recogida mucho más complicada que la actual:
había que cruzar el Atlántico para llegar a Chile o a México.
Este país México, hizo infinitamente más en un año por los españoles
que lo que España ha hecho por todos los refugiados del Mediterráneo.
En los momentos límite, decía Albert Camus, solo hay dos partidos:
el de la humanidad y el de la inhumanidad.
Europa se jodió históricamente cuando triunfo el partido de la inhumanidad.
 Y parece que quiere volver a asomar.
Dicen que se conservan setecientas espinas de la
corona primitiva de Jesús  y que en España hay unas cuarenta.
La mayoría están en Notre Dame, junto con un clavo de la cruz.
Dicen también que parte de esas espinas reverdecen. Eso sí que me lo creo.
Y también creo en las golondrinas, esa incorporación popular al relato de Cristo.
Fueron ellas las que lo aliviaron de las espinas.
Espero que este año la primavera de Europa se llene de nubes de golondrinas.


Recopilado por Quirón

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