El
de la triste figura.
Así
te escribió Cervantes.
honrado
flaco y galante,
lucías
en tu montura.
Tan leal fue
Sancho Panza
que
admirando tu talento,
cabalgó
siempre a tu lado
encima
de su jumento.
Ibas
deshaciendo entuertos
allá
por donde pasabas.
La
honra de tu hidalguía
te
estallaba en la garganta.
No
había monstruos ni gigantes
aq
quien tu valor temiera.
Ni
amor más fiel y más puro
que
tu amor por Dulcinea.
Diría
a vuestra merced...
Venid
a los tiempos nuestros
pues
aquí hallaréis entuertos
para
poder deshacer.
Políticos
y banqueros
y
también la alta nobleza,
evaden
con desvergüenza
sus
bienes y sus dineros.
La
justicia les ampara.
Tienen
siempre carta blanca.
La
corrupción se ha instalado
en
nuestra querida España.
Brotan
y brotan corruptos
allá
por donde pisares,
hoy
uno, mañana otro,
como
setas, a raudales.
Por
eso, vuestra merced,
mi
querido don Quijote,
Apareced
un buen día
para
impartir la justicia
que
callan sus señorías.
Para
deshacer entuertos
que
vuestra lanza derrota.
Para
castigar mafiosos
que
a nuestro país deshonran.
¡Ay
don Alonso Quijano!
Arrogante
aventurero,
audaz,
gentil caballero.
Impacientes,
os esperamos.
Luna
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