domingo, 8 de mayo de 2016

Amordazado





Rodar con la cabeza erguida
entre lanzas apuntando,
sintiendo la frente herida
de aquellos ojos mirando.

Caminando por la vida
con el aliento a la espalda,
sintiendo el dolor agudo
de quien maneja la espada.

Vivir una vida entera
sin levantar la cabeza,
siempre temiendo el castigo
de quien no siente tibieza.

Levantarte cada día
sintiendo un peso en las sienes,
las expresiones truncadas
y acatar los parabienes.

Siempre esperando ese día
para decirlo bien alto,
para decirlo bien fuerte,
¡tú ya me tienes muy harto!


Trotamundos

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