Cada día transitaba por la misma
calle camino de su casa. Iba cabizbajo, pensando en la noticia que había
corrido como pólvora por la fábrica, que iba a haber reducción de plantilla. Tan
distraído iba que no reparó que cruzaba
la calle con el semáforo en rojo. El sonido
de un claxon y la voz chirriante del conductor que había frenado frente
a él, le hicieron volver a la realidad. Tras unos minutos de vacilación miró al
hombre que le encrespaba y pidiéndole disculpas se alejó del lugar.
Cuando el hombre llegó a casa, contó a su mujer la
mala noticia que habían anunciado en la empresa y también cómo había estado a punto de sufrir un
atropello, al no ver que el semáforo estaba en rojo, la mujer pasándole un
brazo por los hombros le llevó hasta la cocina donde estaba preparando la
comida. Una vez allí, se sentó junto a la mesa y encendió el televisor. Al otro lado de la pantalla los
anuncios se llenaron de productos navideños que indicaban que llegaba la Navidad. Entre los
anuncios había uno que sobresalía de los demás, la imagen de una angelical
joven de ojos trasparentes y cabellos flotando al viento le miraba
fijamente, ofreciéndole un décimo de
lotería con un número invisible al tiempo que le decía” ¿LO VAS A DEJAR ESCAPAR?”
Después la imagen se alejó dejando una estela de luces. Sin pensarlo un
instante, se levantó de la silla y se dirigió hasta la puerta al tiempo que le
indicaba a la mujer que volvería en unos minutos. Al
salir de casa el hombre echó mano al bolsillo donde estaba el monedero, allí no
estaba. Con las prisas, se había dejado la cazadora en casa y en ella el monedero, por lo que le obligó a
volver en su búsqueda. Mientras, no dejaba de recordar la imagen de la joven de
ojos cristalinos y dorados cabellos, al
tiempo que se preguntaba si todo aquello había sido realidad o era fruto del
deseo que cada año, cuando llegaban estas fechas, pedía. No lo sabía, tan solo
sentía que tenía que obedecer aquellas
palabras que le decían”¿ LO VAS DEJAR ESCAPAR?”
Iris
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