Tronco, ramas y raíces.
Hojas de
amor y esperanza.
Fuente de
vida y nostalgia,
de mil
recuerdos felices.
Murió el
tronco, aún lleno de savia,
quedando
sus ramas desoladas.
Cinco
brotes de amor y de cariño,
lloraron su
adiós desconsoladas.
Las cinco
siguieron su camino,
siempre
unidas como una enorme piña.
Porque el
alma del árbol vive en ellas,
y abrazan
su recuerdo cada día.
Un día
gris, uno de sus brotes
voló a
otros lares a buscar fortuna.
Se soltó de
las ramas y del bosque,
en busca de
otro cielo y otra luna.
Esperaron
durante algunos años
a que la
tierna rama regresara.
Pero nunca
volvió a sus raíces,
y penaron
la ausencia de la rama.
Poco tiempo
después la más pequeña,
se hirió
frágilmente hasta romperse.
No hubo
modo de curar su herida,
se fue
marchitando lentamente,
hasta que
un día cruel quedó sin vida.
Estoy
triste, me duelen las ausencias
de todos
los amores que he perdido.
La rama de
más edad del árbol,
quebró su
corazón… se nos ha ido.
Se ha
marchado valiente y cariñoso,
abrazando a
sus seres queridos,
dejando su
sonrisa entre nosotros.
Sólo quedan
dos ramas de aquel árbol,
que en un
tiempo respiraba pleno.
Pleno de
amor, de risas, de alegría,
árbol de
vida repleta de recuerdos.
Recuerdos
que calmarán mi pena,
y me harán
vivir bellos momentos.
Porque
quiero mirar al horizonte,
sin olvidar
nunca a los que se fueron.
Luna
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