sábado, 23 de mayo de 2015

Corazón tranquilo





        Siento el corazón tranquilo, como las aguas del mar cuando están en calma; como el amor reposado que ya se ha liberado de las turbulencias de las pasiones; como el hombre en su senectud, lejos ya de la juventud en que todo era vigor y bravura; como la mansedumbre del toro cuando está pastando, el sosiego de la noche alumbrando la luna, la vistosidad y belleza de las flores que te llenan los sentidos de bienestar; como el cráter cuando devuelve lo que lleva dentro y se queda tranquilo; como el animal acorralado y, que por fin, recobra su libertad; como la placidez que da ver los frutos en el campo; como la paz que siente el niño dormido en el regazo de la madre.

        Así me siento yo en estos momentos. Con un sosiego interior que me tranquiliza. Todo esto el algo que siempre estuvo ahí, pero pasamos de puntillas sin echar la vista atrás y ahora, en este momento de mi vida, tengo el corazón sereno, sabiendo separar lo que no me aporta nada en el camino hacia la felicidad.

        Cuando cumples años, te sientes más seguro de lo importante que es escoger, entre todo lo vivido, aquello que llene tu vida, que no siempre son cosas materiales. Hoy me siento repleta de pequeñas cosas que me satisfacen profundamente, y dio gracias a Dios por tener la oportunidad de haberlo descubierto, cuando aún tengo tiempo de poder rectificar.


Blanca

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