lunes, 22 de diciembre de 2014

Falsa amistad






                 Golpeé la puerta varias veces y no la abrieron. Nunca imaginé que eso me pudiera ocurrir con esa persona, que era de mi total confianza. No podía pensar que alguien, por quien yo hubiera hecho todo lo que me hubiese pedido, se comportara de esa forma. Mi pensamiento voló a cosas pasadas para recordar qué tanto de mal hice para recibir este comportamiento que no creía merecido. Por más que busqué, no logré encontrar justificación a ese desprecio. Me planteé si seguir con esa relación, o darla por terminada.

            Después de todo, para qué sirve una amistad que, cuando te encuentras en momentos amargos de tu vida, y necesitas a alguien en quien confiar, no te abre la puerta. Tras mucho pensar, supe que no sería bueno para mi seguir ese camino, porque soy una persona que no puedo dejar mis afectos por mucho que me hagan daño. Procuro encontrar sensaciones positivas para seguir adelante.

            Pero tengo momentos que me pregunto a mi misma ¿por qué alguien que se supone te quiere, te rechaza así? Llego a la conclusión que no quiere involucrarse en tus problemas. Pero entonces, yo estaba engañada porque creía que la amistad era recíproca, y no sólo de una parte.

            Por supuesto, cuan do te viene un problema no quiere decir que los demás tengan que estar al cien por cien contigo. Para nada pretendo eso. Pero sí saber que tienes un apoyo en los momentos que desfalleces y te encuentras sola. Lo que menos esperas es su silencio.

            Creo que esta postura al final perjudica a la persona que lo vive así. Por mi parte sigo creyendo en la amistad como un valor a tener en cuenta.

Blanca

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