Atender a lo duradero, a lo más
esencial que hay en nosotros, en las emociones de los sentidos o en las
operaciones del espíritu como contacto con esos hombres que, como nosotros,
comieron aceitunas.
Bebieron vino, se embadurnaron los
dedos de miel, lucharon contra el viento despiadado…
--------------------------------
La sustancia, la estructura humana
apenas cambia.
Si bien es verdad que en el siglo del
que hablo estamos aún muy cerca de la libre verdad del pie descalzo
Adriano, con dotes de visionario, es plausible porque
con razón o sin ella se le atribuían virtudes más que humanas.
Lo que un hombre ha creído ser, lo que ha querido ser
y lo que fue.
Todo ser que haya vivido la aventura humana vive en
mi.
-----------------------------------
El Siglo II me interesa porque fue el
de los últimos hombres libres. Adriano murió en la isla de Aquiles, está
próxima a la novelada por un lado, y por el otro a la poesía, aumenta
singularmente uno de sus rasgos fundamentales, el rencor.
------------------------------------
Con su sola presencia aligera la
pesadumbre del vivir.
Esa mujer sonriente, atractiva,
pausada, con aspecto juvenil. Una imagen sumamente agradable, en efecto, dotada
de ligereza. En el mejor sentido del término.
Mi amigo García Lorca, era así, decía
Aleixandre.
Alguien que, nada más aparecer en
cualquier sitio lo animaba, e iluminaba con su simpatía y sus bromas
afectuosas.
Él se interesaba por el que
estaba mohíno hasta conseguir arrancarle una sonrisa, como si tuviera la
obligación de la alegría.
Sólo algunas personas tienen esa
capacidad de transmitir sin darle importancia y es, porque es natural en ellos
esa virtud.
Quirón
No hay comentarios:
Publicar un comentario