sábado, 15 de febrero de 2020

Atrapado entre las nubes




            María, a través de la ventana veía la niebla y cómo esta se negaba a disiparse, para  no dar paso al sol que luchaba por salir de su encierro.

            Por unos instantes su mirada se encaminó hacia los árboles donde en sus desnudas ramas se podía adivinar que las nuevas hojas se acercan para vestir su desnudez. En las jardineras entre la hierba, las florecillas  violetas se mezclaban con ella, desafiando al frío del invierno que aún mantenía su reinado.

            Pasados unos minutos inició el paso para retirarse de la ventana, pero en ese instante llamó su atención el vuelo de una paloma, que extraño pensó, no era como la tórtola que  veía en ocasiones en el árbol que tenía enfrente y que venía a la jardinera de su terraza en busca de comida.

            Durante un tiempo la acompañó en su vuelo con la mirada, para después preguntarse de donde había venido pues no era muy común ver por esta zona una paloma blanca, lo que la llevó a pensar que quizás se había perdido en  la búsqueda de nuevos horizontes.

            La paloma volaba de un lado a otro hasta que se perdió en el horizonte. La niebla empezaba a disiparse y el sol se abría paso entre los restos de las nubes, donde lo tenían atrapado.

            María con un suspiro se retiró de la ventana. Y el vuelo de la paloma blanca, y el sol atrapado entre las nubes, seguían en su mente.



I R I S


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