Vivía en esa habitación desde hacía unos meses, en un
piso compartido con gente desconocida, algunas habitaciones estaban ocupadas
por parejas y otras con personas solas como él.
Desde hace un tiempo la habitación era su refugio,
pues allí tenía todos sus libros y todas sus cosas, en un rincón pudo poner una
nevera pequeña, así que, siempre había algo fresquito a mano y algo de fruta.
La habitación es pequeña pero tiene un gran ventanal a
bastante altura, le gusta asomarse y ver la actividad de la calle que es mucha
pues hay varias tiendas muy cercanas. La cama es pequeña, pero suficiente para
poder descansar, la mesilla es muy antigua, es un mueble feo. Tiene un
escritorio lleno de papeles y el
ordenador siempre dispuesto para trabajar.
Últimamente había notado que se le perdían las cosas
para luego aparecer días más tarde en otro lugar, al principio pensó que tenía
mucho despiste e intentó concentrarse en donde dejaba sus cosas. Pensó que
algún compañero podía entrar cuando él no estuviera pero después desechó este
pensamiento. Esa mañana se sentó en la
cama y se puso a mirar por el gran ventanal tanto rato que llegó tarde al
trabajo. Un día la puerta se abrió, así
de repente, dando un brusco golpe contra la pared, sin corriente de aire
aparentemente.
Decidió que hablaría con los vecinos pues quería saber
quién había sido el inquilino anterior.
Esta habitación lo tenía como hipnotizado.
Todos los vecinos y comerciantes de la zona le dijeron
lo mismo, que iba a cumplirse un año desde que el anterior inquilino se lanzase
al vacio por el gran ventanal. Esa noche no pudo dormir, intranquilo como
estaba, abrió los ojos y la puerta se abrió un poquito lo justo para pensar en
marcharse pronto , no podía estar más tiempo en esa habitación, pero se sentó
en la cama y se puso a mirar por el gran ventanal hasta que amaneció y tomó su
decisión.
Clave de Sol
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