Sube
al último vagón,
no
pierdas la oportunidad,
no
volverá la ocasión,
el
tren tiene caducidad.
Laméntate
por lo hecho
si
no has logrado tu meta,
que
haber dejado en barbecho
el
vuelo de tu cometa.
Cuando
llega la senectud,
se
analiza lo vivido,
cuando
se tenía salud,
para
aquel sueño perdido.
Haz
caso a tu corazón,
realiza
todos tus sueños,
no
hagas caso a la razón,
y
lograrás tus empeños.
Si
uno volviera a revivir
tantas
ilusiones rotas,
se atrevería
a resumir
¡que
hay que echarle pelotas!
Rabo de lagartija