sábado, 9 de febrero de 2019

La roca blanda





De granito era la roca
que la brisa acariciaba,
luego se cubrió de musgo
cuando la lluvia regaba.

En el lado  de solana
cuando las tardes de fríos,
era la roca adorada
para contar amoríos.

Aquella tremenda roca
llena de musgo y de amor,
                                tenía tantas historias
que  desprendía calor.

Un día llegó un cantero
que de la piedra vivía,
 y quiso romper la piedra
pero vio que no podía.

Y del centro de la roca
 notó una voz que le decía,
“no claves tu cuña en  mí
que yo soy melancolía”.

Y se marchó de la roca
pensando siempre en su error,
y luego la bendecía
cuando buscó su calor


 Trotamundos

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