sábado, 26 de enero de 2019

Es mejor dejarse llevar





Aprendí a descubrir la provisionalidad del mundo, y lo que es peor, la
 espontanea fugacidad de los afectos.
Vea que en esta afirmación soy muy injusta.
Su ambigüedad, su permanencia debería consolarme.
Sin embargo me mortifica.
Al  encerrarte en ti misma te estás negando lo que te debes a ti misma.
La angustiada obsesión de crear un mundo  a partir de mi obra.
Solo me consuela el mundo a partir de esa obra.
Allí comienzo a ser a ser yo misma, pero allí termino.
Perdida para siempre en las drásticas  exigencias del tiempo.
El río se ha puesto a favor, estando a punto de naufragar, la navegación
 es firme. Es mejor dejarse llevar por el río de la vida
que quedarse en la caverna mirando a la pared.
 La montaña soberbia nos contempla, roca negra de imponente altura.
 Cromática ilusión el sol difumina.
Picos grises pincelados de verde pinar, alegre campiña, cantarines arroyuelos contonean la falda  a su caída.
 Una huerta: cebollas, tomates, patatas y ajos. Campesinos doblados
 sobre la tierra, el sol sobre sus cabezas, pesa.
Recoger con mimo su cosecha. Vida les da.

QUIRÓN 

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